Ignorar al enemigo en medio de la batalla es de tontos, él aprovechará cualquier descuido para destruirnos, así es en la vida real y en la vida espiritual.
Por eso es importante conocer a nuestro adversario para saber como actúa y así poder tomar medidas para derrotarlo. Pero siempre guiados por la Palabra de Dios, no necesitamos saber más. El enemigo aborrece a Dios y a sus hijos, y más aun aquellos que Dios a puesto en autoridad y están obedeciéndole.
Lucas 8.12 nos habla que el diablo, vino para robar, matar y destruir, vino a robar la palabra que el Espíritu Santo habló a nuestros corazones, vino a matar nuestros cuerpos físicos, con enfermedades, depresiones, suicidios, etc. Y vino a destruir todo lo que es de Dios, nuestros sueños, nuestros matrimonios, nuestras iglesias.
La Palabra habla de las “maquinaciones del diablo” en Efesios 6.11, él viene con sutileza, palabras sutiles, a veces comienza con un juego, pero a medida que le damos “lugar al diablo”, irá tomando más áreas de nuestra vida. Lo que comienza con algo que parece que no tiene importancia, empieza a crecer y a crecer y acaba siento una fortaleza en nuestras mentes que afecta a todas las áreas de nuestras vidas, espirituales y físicas,
“si le das la mano al enemigo, acabará tomando toda tu vida”.
Fue Satanás quien puso en el corazón de Judas que él le entregara, lo podemos ver en Juan 13.2, pero imagino (no lo dice la palabra) que esto empezaría con un pensamiento, que el tendría una lucha interna, pero poco a poco se iba apartando de Jesús para dar paso al diablo, hasta que llegó a hacer lo que hizo.
A veces el enemigo pondrá en nuestro corazón hablar mal de la iglesia, o de nuestro hermano, o hablar mal de mi esposo, o mi esposa etc. Hasta que todo esto sea tan grande que maldigamos a nuestra iglesia, o a nuestro hermano, o a mi matrimonio, o mis lideres. No debemos dejar crecer en nosotros pensamientos que vienen del diablo y nos llevan a maldecid, enfermar o entrar en depresiones, sin darnos cuenta.
Pero ¿Qué DICE JESUS DE TODO ESTO? Hechos 13.39, romanos 9.33, salmo 23
El dice, yo soy quien te justifica…
El dice, yo te compre, tú eres mío…
El dice, te redimí, te perdoné…
El dice, yo soy tu pastor nada te faltará… no temas…
El dice, por mis llagas tú fuiste sanado…
El dice, ninguna condenación hay para ti, pues te salvé…
El dice, si crees en mí, todo es posible
Por eso es importante conocer a nuestro adversario para saber como actúa y así poder tomar medidas para derrotarlo. Pero siempre guiados por la Palabra de Dios, no necesitamos saber más. El enemigo aborrece a Dios y a sus hijos, y más aun aquellos que Dios a puesto en autoridad y están obedeciéndole.
Lucas 8.12 nos habla que el diablo, vino para robar, matar y destruir, vino a robar la palabra que el Espíritu Santo habló a nuestros corazones, vino a matar nuestros cuerpos físicos, con enfermedades, depresiones, suicidios, etc. Y vino a destruir todo lo que es de Dios, nuestros sueños, nuestros matrimonios, nuestras iglesias.
La Palabra habla de las “maquinaciones del diablo” en Efesios 6.11, él viene con sutileza, palabras sutiles, a veces comienza con un juego, pero a medida que le damos “lugar al diablo”, irá tomando más áreas de nuestra vida. Lo que comienza con algo que parece que no tiene importancia, empieza a crecer y a crecer y acaba siento una fortaleza en nuestras mentes que afecta a todas las áreas de nuestras vidas, espirituales y físicas,
“si le das la mano al enemigo, acabará tomando toda tu vida”.
Fue Satanás quien puso en el corazón de Judas que él le entregara, lo podemos ver en Juan 13.2, pero imagino (no lo dice la palabra) que esto empezaría con un pensamiento, que el tendría una lucha interna, pero poco a poco se iba apartando de Jesús para dar paso al diablo, hasta que llegó a hacer lo que hizo.
A veces el enemigo pondrá en nuestro corazón hablar mal de la iglesia, o de nuestro hermano, o hablar mal de mi esposo, o mi esposa etc. Hasta que todo esto sea tan grande que maldigamos a nuestra iglesia, o a nuestro hermano, o a mi matrimonio, o mis lideres. No debemos dejar crecer en nosotros pensamientos que vienen del diablo y nos llevan a maldecid, enfermar o entrar en depresiones, sin darnos cuenta.
Pero ¿Qué DICE JESUS DE TODO ESTO? Hechos 13.39, romanos 9.33, salmo 23
El dice, yo soy quien te justifica…
El dice, yo te compre, tú eres mío…
El dice, te redimí, te perdoné…
El dice, yo soy tu pastor nada te faltará… no temas…
El dice, por mis llagas tú fuiste sanado…
El dice, ninguna condenación hay para ti, pues te salvé…
El dice, si crees en mí, todo es posible
Somos más que vencedores en Cristo Jesús, y el nos dio autoridad sobre toda espíritu que se levante contra el conocimiento de Dios y sus hijos, en SU PRECIOSO NOMBRE, JESUS.no permitas que el enemigo deje pensamientos en tu corazon, bórralos en el Nombre de Jesús.
predicación, Andrés P. Vela
publicado por, Andrés P. Vela