¿Quiénes éramos y quiénes somos?
Efesios 2:1 “Vosotros, antes, estabais muertos a causa de las maldades y pecados”
Que pasado más horrible y que presente más glorioso, cuando pienso en lo que yo era antes, una persona que no tenía en cuenta para nada a Dios ni las cosas de Dios, una persona que vivía solo para mi, como dice la palabra muerto a causa de las maldades y pecados, y veo donde estoy ahora,
Donde Dios me ha llevado ahora, eso glorifica a Dios, porque le doy gracias de donde me sacó, le doy gracias por su favor inmerecido, por su misericordia.
Efesios 2:12 recordad que en otro tiempo estabais sin Cristo, separados de la nación de Israel, y que no teníais parte en los pactos ni en la promesa de Dios. Vivíais en este mundo, sin Dios y sin esperanza. 13 Pero ahora, unidos a Cristo Jesús por la sangre que él derramó, vosotros, que antes estabais lejos, habéis sido acercados. 14 Cristo es nuestra paz.
¿Qué valía yo antes? y ¿qué valgo ahora?, debo tener siempre en cuenta que mi vida ha sido comprada por Jesús en la cruz, y no precisamente con oro o plata, sino con su propia vida, con su propia sangre, por eso soy tan valioso, no por lo que yo pueda hacer, sino por lo que hizo Cristo en la cruz.
Efesios 5:11 No participéis en las obras inútiles de los que pertenecen a la oscuridad, sino sacadlas a la luz.
Cuando la luz que es Jesús vino a mi vida, pude ver el desorden que había en ella y eso produjo el arrepentimiento para volverme a Dios. Antes no veía el pecado, no veía el desorden que había en mi vida.
Colosenses 1:21 Vosotros erais antes extranjeros y enemigos de Dios en vuestro corazón, por las cosas malas que hacíais, 22 pero ahora Cristo os ha reconciliado mediante la muerte que padeció en su cuerpo. Y lo hizo para que estéis en su presencia, santos, sin mancha y sin culpa.
¡Cómo no dar gracias a Dios¡ si miro atrás y veo de donde vengo y a donde voy, lo que era y lo que soy, ¡ahora soy hijo de Dios¡ que maravillosa noticia ser hijo de Dios, ¿puede haber algo mejor? Aleluya, Gloria a tí Señor.
Efesios 2:1 “Vosotros, antes, estabais muertos a causa de las maldades y pecados”
Que pasado más horrible y que presente más glorioso, cuando pienso en lo que yo era antes, una persona que no tenía en cuenta para nada a Dios ni las cosas de Dios, una persona que vivía solo para mi, como dice la palabra muerto a causa de las maldades y pecados, y veo donde estoy ahora,
Donde Dios me ha llevado ahora, eso glorifica a Dios, porque le doy gracias de donde me sacó, le doy gracias por su favor inmerecido, por su misericordia.
Efesios 2:12 recordad que en otro tiempo estabais sin Cristo, separados de la nación de Israel, y que no teníais parte en los pactos ni en la promesa de Dios. Vivíais en este mundo, sin Dios y sin esperanza. 13 Pero ahora, unidos a Cristo Jesús por la sangre que él derramó, vosotros, que antes estabais lejos, habéis sido acercados. 14 Cristo es nuestra paz.
¿Qué valía yo antes? y ¿qué valgo ahora?, debo tener siempre en cuenta que mi vida ha sido comprada por Jesús en la cruz, y no precisamente con oro o plata, sino con su propia vida, con su propia sangre, por eso soy tan valioso, no por lo que yo pueda hacer, sino por lo que hizo Cristo en la cruz.
Efesios 5:11 No participéis en las obras inútiles de los que pertenecen a la oscuridad, sino sacadlas a la luz.
Cuando la luz que es Jesús vino a mi vida, pude ver el desorden que había en ella y eso produjo el arrepentimiento para volverme a Dios. Antes no veía el pecado, no veía el desorden que había en mi vida.
Colosenses 1:21 Vosotros erais antes extranjeros y enemigos de Dios en vuestro corazón, por las cosas malas que hacíais, 22 pero ahora Cristo os ha reconciliado mediante la muerte que padeció en su cuerpo. Y lo hizo para que estéis en su presencia, santos, sin mancha y sin culpa.
¡Cómo no dar gracias a Dios¡ si miro atrás y veo de donde vengo y a donde voy, lo que era y lo que soy, ¡ahora soy hijo de Dios¡ que maravillosa noticia ser hijo de Dios, ¿puede haber algo mejor? Aleluya, Gloria a tí Señor.
Predicación Pastor de la Iglesia de Filadelfia de San Fernando, Manuel
Publicado por: Andrés P. Vela
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