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Pepe R.Castañeda y Pepi Martinez

PREDICACIONES DESTACADAS

domingo, 4 de diciembre de 2011

LA ENVIDIA TE DESTRUYE. Parte, y II 1ª rEYES, 21:17-29

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ORA Y PRESENTA EL CULTO: JOAQUIN LOPEZ (SALMO, 128)

PIDIO Y ORO POR LA OFRENDA: IGNACIO MARTINEZ (EFESIO, 5:2)
INTRODUCCION A LA PALABRA: PEPI MARTINEZ (DANIL, 1:17-20) "HOMBRES Y MUJERES ENTENDIDOS EN LAS COSAS Y TIEMPOS DE DIOS"

NOS DEPIDIO EN ORACION: ANA GOMEZ.

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DIERON TESTIMONIO PARA LA GLORIA DE DIOS SOBRE EL AVIVAMIENTO QUE DIOS ESTA HACIENDO EN LAS CARCELES PEPE Y PEPI, DE COMO SE ESTAN ENTREGANDO A DIOS LOS INTERNOS CADA DIA QUE VAMOS, NOS ESPERAN ORANDO HASTA QUE NOSOTROS ENTRAMOS A LOS MODULOS, DAN TESTIMONIO DE COMO DIOS ESTA CONTESTANDO SUS ORACIONES DE COMO LOS ESTA SANANDO, DANDOLE PAZ, ESTAN VIVIENDO SUEÑOS Y VISIONES Y MUCHAS COSAS MAS SIGUE ORANDO POR NOSOTROS Y POR TODOS LOS QUE ESTAN EN PRISIONES PARA QUE EL SEÑOR LOS SALVE Y LOS LIBERTE PARA SU GLORIA. AMEN

Domingo, 04 de Diciembre de 2.011

LA ENVIDIA TE DESTRUYE. Parte, y II

Jezabel realizó su plan para que Acab se hiciera del terreno que codiciaba. Desgraciadamente, cuando Jezabel le dijo a Acab que podía tener el terreno, éste no le preguntó cómo había sucedido todo. No ejerció el liderazgo que le correspondía. Más bien, simplemente tomó posesión de lo que quería, como si fuera suyo por derecho.
¿Cuál fue el resultado de esto?
1 Reyes 21:17-29 21:17 Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: 21:18 Levántate, desciende a encontrarte con Acab rey de Israel, que está en Samaria; he aquí él está en la viña de Nabot, a la cual ha descendido para tomar posesión de ella. 21:19 Y le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿No mataste, y también has despojado? Y volverás a hablarle, diciendo: Así ha dicho Jehová: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre. 21:20 Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado, enemigo mío? El respondió: Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo malo delante de Jehová. 21:21 He aquí yo traigo mal sobre ti, y barreré tu posteridad y destruiré hasta el último varón de la casa de Acab, tanto el siervo como el libre en Israel. 21:22 Y pondré tu casa como la casa de Jeroboam hijo de Nabat, y como la casa de Baasa hijo de Ahías, por la rebelión con que me provocaste a ira, y con que has hecho pecar a Israel. 21:23 De Jezabel también ha hablado Jehová, diciendo: Los perros comerán a Jezabel en el muro de Jezreel. 21:24 El que de Acab fuere muerto en la ciudad, los perros lo comerán, y el que fuere muerto en el campo, lo comerán las aves del cielo. 21:25 (A la verdad ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba. 21:26 El fue en gran manera abominable, caminando en pos de los ídolos, conforme a todo lo que hicieron los amorreos, a los cuales lanzó Jehová de delante de los hijos de Israel.) 21:27 Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos y puso cilicio sobre su carne, ayunó, y durmió en cilicio, y anduvo humillado. 21:28 Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: 21:29 ¿No has visto cómo Acab se ha humillado delante de mí? Pues por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa.

Dios mandó a Elías con un mensaje para Acab. En su mensaje y la respuesta de Acab, vemos que:
II. La envidia nos aleja del camino de Dios
Hay varias cosas verdaderamente que son preciosas enseñanzas en estos versiculos. Para empezar, nvemos la importancia de la responsabilidad de Acab por la muerte de Nabot.
Él no lo había matado; ni siquiera había tramado el plan para deshacerse de Nabot y conseguir el viñedo. Sin embargo, al no interesarse por la forma en que se consiguió la propiedad, y al no preocuparse por las acciones de su esposa, Acab se volvió cómplice y responsable.
En seguida vemos también la respuesta de Acab a Elías. Cuando Acab se enfrentó con Elías antes de los eventos que tuvieron lugar en el Monte Carmelo, le llamó el que está causando problemas a Israel. Ahora lo toma de una forma personal, y le llama su enemigo.
Cuando estamos viviendo bajo el control de la envidia, muchas veces los mensajeros de Dios nos parecen ingratos.
Puede ser que nuestra envidia sea de ellos; o puede ser simplemente que nos hagan ver nuestros errores. De cualquier manera, cuando hemos permitido que la envidia y la codicia nos amarguen, la última persona a la que queremos ver es al que trae la Palabra de Dios.
Finalmente, vemos lo que había hecho Acab. Dice el versosiculo 20 que se había vendido para hacer lo que ofende al Señor. Por su envidia y su codicia, Acab se había entregado a la maldad. Si no la frenamos, la envidia nos llevará a pecados peores.
La envidia en sí misma es un pecado. Como ya hemos dicho, refleja la falta de gratitud a Dios y la falta de sumisión a su voluntad. Sin embargo, la envidia casi siempre nos lleva a otros pecados también.
Puede ser que nos lleve, como a Acab, a hacer un mal grave a la persona de quien sentimos envidia. Pero también puede llevarnos a chismear o difamar a esa persona. Puede llevarnos a oponernos a su ministerio, a criticarle o a dejar de mostrarle amor.
Lo peor de todo es que muchas veces encontramos formas de escudar y de justificar nuestra envidia. Podemos decir que simplemente estamos ejerciendo el discernimiento o que pretendemos proteger a la iglesia. Dice Jeremías 17:9: Nada hay tan engañoso como el corazón.
Cuando sentimos envidia, podemos justificarnos y hasta engañarnos a nosotros mismos acerca de nuestras motivaciones. Sólo con la honestidad que nace del arrepentimiento y la presencia del Espíritu Santo podremos entender nuestros propios errores.
La historia de Acab nos deja con un mensaje de esperanza. Aunque Acab había pecado gravemente contra Dios, su arrepentimiento hizo que Dios quitara de él su castigo. Si hemos caído en la trampa de la envidia, podemos ser librados - pero sólo mediante el arrepentimiento verdadero.
Conclusión
Un conocido predicador de antaño llenaba los templos con personas que venían a oírlo predicar, hasta que llegó otro predicador aun más conocido e ilustre. Aquel predicador confesó que, al principio, se llenó de envidia por el éxito del otro. Finalmente halló la solución. La única forma de conquistar mis sentimientos de envidia, dijo, es orar diariamente para que Dios bendiga al otro. Es lo que hago.
¡Qué buena forma de conquistar la envidia! Orar para que Dios colme de bendiciones a aquella persona que nos la causa. A eso agregaría dos cosas: examinar nuestro corazón con honestidad, pues podemos engañarnos a nosotros mismos muy fácilmente; y estar dispuestos a arrepentirnos y buscar el perdón y la restauración.
Meditación en la Palabra: Pastor Pepe R. Castañeda