EL PRECIO DE SEGUIR A JESUS Mateo 8, 18.22
Las cosas de Dios requieren pagar un precio, nos exige algo cuando le seguimos, El quiere hacer de nosotros siervos y siervas y sólo sirviendo vamos a aprendes a serlos, y eso no es fácil, el precio que vamos a pagar es alto, perder todo lo que tenemos y poner nuestra confianza en Dios.
Los cristianos hemos sido llamados a ser un pueblo excepcional, un pueblo de sacerdotes al servicio de Dios, escogidos para una vida santa, no es por nuestras capacidades sino por la gracia de Dios. El busca gente fiel, para servirle y así comprenderemos la grandeza de su amor, y por amor le reviremos.
1 ¿Cuál es el precio de seguir a Jesús?, estamos con la multitud o estamos con las personas que seguían a Cristo, comprometidas con él.
Si nos fijamos en el pasaje la multitud no estaba comprometida con Jesús, ellos miraban pero sin tener responsabilidad ni compromiso, sin embargo cuado alguien da el paso al frente se compromete con Cristo, seguir al Señor implica salir de la multitud, cambiar mis ideas por las de Cristo, implica señalarte frente a la multitud.
2 La decisión de seguir a Jesús debe de salir de nuestro corazón no de las emociones. Si es así, si medito en mis decisiones y sigo adelante no me harán falta las emociones para servir a Dios, siendo fiel haciendo lo que me ha mandado, evaluando nuestras emociones y saber en quien hemos creído, seguir a Jesús implica no volvernos, ni hoy, ni mañana, ni nunca.
3 Seguir a Jesús implica esperar en Dios no hacer lo que yo quiero, él no nos a prometido que al seguirle sea algo parecido a un paseo fácil, todo lo contrario, Jesús confrontó a sus discípulos con la renuncia, dejar todo en manos de Dios, los confrontó con la cruz. Los planos de Dios son perfectos.
Así que tenemos dos alternativas a seguir, o ser sensibles a las cosas de Dios por amor, o vivir una vida a mi manera.
Estamos llamados a ser fieles y perseverantes, sabiendo en quien hemos creído, llevando al Señor en nuestro corazón.
predicación: Pastor José R. Castañeda
publicado: Andrés P. Vela
