Domingo, 03 de Mayo de 2.009
Una madre según Dios: oración, fe y sabiduría.
A lo largo de la historia la mujer no ha sido bien tratada en la iglesia, discriminada, relegada a segundo termino, quitándola de una serie de sitios por se mujer, sin embargo hoy en día está revolucionando la iglesia.
A lo largo de la historia la mujer no ha sido bien tratada en la iglesia, discriminada, relegada a segundo termino, quitándola de una serie de sitios por se mujer, sin embargo hoy en día está revolucionando la iglesia.
En éste día que celebramos el día de la madre, vamos a ver a una serie de mujeres de fe, que por su testimonio firme podemos encontrarlas en la Biblia.
Una de ellas fue Ana, una mujer estéril, ella deseaba con pasión un hijo, y en medio de ésta prueba tubo un encuentro con Dios en el templo, y después de éste encuentro con Dios, ella salido sabiendo que un hijo le sería dado.
¿Qué clase de mujer era Ana que esperaba milagros de Dios?
Nuestra confianza debe de estar en las manos de Dios, ella salio segura del templo, sabiendo que Dios es fiel para cumplir su promesa, que le daría un hijo.
Las mujeres son influyentes, son personas que Dios ha dotado de un carácter especial capaz de influir en las iglesias, en el matrimonio, en sus hijos, etc.
A. Era una mujer que perseveró en la oración (1ª Samuel, 1: 10-17)
Ana perseveraba en la oración, pasaban años y permanecía estéril, pero ella no desmayaba, no dejaba de orar. Dios quien que oremos siempre, Ana no dejó de orar. Ella le prometió a Dios que su hijo sería para Dios y cumplió su promesa, debemos de ser valientes para el Señor.
B. Era una mujer que cumplió su promesa (1ª Samuel, 1:18-28)
Cuando Ana oyó la voz del Señor, dejo de llorar y empezó a adorar, el milagro fue su hijo Samuel, alguien que llegaría a ser clave para su pueblo, un ungido profeta de Dios. Por eso cumplir lo que le hemos prometido a Dios es sumamente importante.
C. Era una mujer que continuó alabando a Dios (1ª Samuel, 2: 1-10)
Una de ellas fue Ana, una mujer estéril, ella deseaba con pasión un hijo, y en medio de ésta prueba tubo un encuentro con Dios en el templo, y después de éste encuentro con Dios, ella salido sabiendo que un hijo le sería dado.
¿Qué clase de mujer era Ana que esperaba milagros de Dios?
Nuestra confianza debe de estar en las manos de Dios, ella salio segura del templo, sabiendo que Dios es fiel para cumplir su promesa, que le daría un hijo.
Las mujeres son influyentes, son personas que Dios ha dotado de un carácter especial capaz de influir en las iglesias, en el matrimonio, en sus hijos, etc.
A. Era una mujer que perseveró en la oración (1ª Samuel, 1: 10-17)
Ana perseveraba en la oración, pasaban años y permanecía estéril, pero ella no desmayaba, no dejaba de orar. Dios quien que oremos siempre, Ana no dejó de orar. Ella le prometió a Dios que su hijo sería para Dios y cumplió su promesa, debemos de ser valientes para el Señor.
B. Era una mujer que cumplió su promesa (1ª Samuel, 1:18-28)
Cuando Ana oyó la voz del Señor, dejo de llorar y empezó a adorar, el milagro fue su hijo Samuel, alguien que llegaría a ser clave para su pueblo, un ungido profeta de Dios. Por eso cumplir lo que le hemos prometido a Dios es sumamente importante.
C. Era una mujer que continuó alabando a Dios (1ª Samuel, 2: 1-10)
Aun cuando Dios bendijo a Ana, ella no se olvidó de su Señor, sino que siguió yendo al templo para alabar y adorar a Dios y, por supuesto seguir orando, la alabanza y la oración son compañeros felices.
Las mujeres tienen mucha responsabilidad, ellas están equipadas por Dios para poder trabajar.
Podemos ver a otra mujer que nos sirve como ejemplo
2ª de Reyes 4:1-7, ésta mujer era viuda, sumida en deudas y esperando con su hijo la muerte, pues apenan tenían nada que comer. Cuando el profeta de Dios Eliseo vino a su encuentro, le pregunto “¿Qué tienes en tu casa?” ella trajo lo poco que tenía, a penas un poco de aceite y harina, sin embargo esto lo usó Dios para bendición, debemos ver la bendición que tenemos en casa y no en el mundo.
Las mujeres tienen mucha responsabilidad, ellas están equipadas por Dios para poder trabajar.
Podemos ver a otra mujer que nos sirve como ejemplo
2ª de Reyes 4:1-7, ésta mujer era viuda, sumida en deudas y esperando con su hijo la muerte, pues apenan tenían nada que comer. Cuando el profeta de Dios Eliseo vino a su encuentro, le pregunto “¿Qué tienes en tu casa?” ella trajo lo poco que tenía, a penas un poco de aceite y harina, sin embargo esto lo usó Dios para bendición, debemos ver la bendición que tenemos en casa y no en el mundo.
A. Esta madre sabía dónde ir en tiempo de necesidad (v. 1)
B. Esta madre encontró que la respuesta a su necesidad estaba precisamente en su casa (vv. 2-4)
C. Esta madre halló que las posibilidades son ilimitadas cuando se le permite a Dios usar lo que uno tiene (vv. 5-7)
En el evangélio de Mateo 15:21-28 podemos ver la historia de otra madre de gran fe, ésta perseveraba y pedía que Dios sanara a su hija, sin importarle nada más, que la sanidad y restauración de su hija.
En el evangélio de Mateo 15:21-28 podemos ver la historia de otra madre de gran fe, ésta perseveraba y pedía que Dios sanara a su hija, sin importarle nada más, que la sanidad y restauración de su hija.
A. Una madre revela su problema (vv. 21-23)
B. Una madre que persevera en la oración (vv. 22-27)
B. Una madre que persevera en la oración (vv. 22-27)
C. Una madre recibe una promesa del señor (v. 28)
Conclusión
Necesitamos madres que oren, que cumplan sus promesas y alaben a Dios. Los hijos de madres como Ana son de verdad muy afortunados Necesitamos madres que oren y cumplan sus promesas, mujeres sabias que perseveran por sus hijos y lo dan todo. Vaya a Jesús con los problemas de sus hijos. Las mujeres de gran fe podrían cambiar el mundo.
Predicación: Pastor José R. Castañeda
Publicado: Andrés P. Vela
Publicado: Andrés P. Vela