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Domingo, 02 de Agosto de 2.009
“La batalla es del Señor” 2ª Crónicas 20.13 al 17
13 Todo Judá estaba en pie delante de Jehová, con sus niños, sus mujeres y sus hijos. 14 Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el espíritu de Jehová en medio de la reunión; 15 y dijo: «Oíd, todo Judá, y vosotros habitantes de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: “No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. 16 Mañana descenderéis contra ellos; mirad, ellos subirán por la cuesta de Sis y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. 17 No tendréis que pelear vosotros en esta ocasión; apostaos y quedaos quietos; veréis como la salvación de Jehová vendrá sobre vosotros. Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros”».
Es común que el creyente en medio de las batallas, tome decisiones precipitadas, decisiones en la carne, rápidamente decimos “aquí está la solución”, es más difícil esperar en Dios, pero después de esa espera viene la bendición.
En los versículos que hemos leído, vemos como el Espíritu del Señor vino cuando buscaron su presencia. Dios confirmará su palabra cuando nos habla, cuando actuamos en la carne nosotros mismos diseñamos la confirmación o respuesta.
El Señor se involucra en aquello que le damos permiso “estoy a la puerta y llamo, si alguno me abriere, entraré”. Cuando le damos permiso para que actúe en nuestras vidas, de corazón, Dios cambiará las circunstancias, cambiará los caracteres, será Él quien lo haga, porque para el hombre es imposible. Debemos ser sensibles a la voz de Dios, el no hablará si le buscamos.
Debemos alabar y adorar a Dios en medio de las pruebas y dar gracias en momentos difíciles. Alabar a Dios en momentos difíciles, cuando no tenemos ganas de nada, es algo poderoso, Dios habita en la alabanza de su pueblo, por eso es tan importante, alabarle, adorarle y bendecir su nombre. Cuando estemos mal, en angustias etc, es el momento de oír alabanzas y comenzar a bendecir su nombre.
En 1ª de Reyes 18, vemos a Elias, hombre tremendo de Dios, perseguido por el rey Acab y su esposa para prendedle. Elías en esos momentos, dice la palabra que se postro en tierra y adoró a Dios, nuestro corazón debe de estar rendido a Dios, postrado en su presencia. Elías seguía adorando a Dios mientras esperaba el milagro, la respuesta, y ésta llegó. Dios envió la lluvia por la cual él estaba pidiendo.
Al igual que el pueblo de Israel, igual que Elías, debemos tener la certeza de que la batalla es del Señor. Dios pelea por nosotros, así que no debemos estar angustiados por nada, sabiendo que El Señor está pendiente de nosotros. A Él sea la gloria por los siglos.
Predicación: Adela
Publicado por: Andrés P. Vela
13 Todo Judá estaba en pie delante de Jehová, con sus niños, sus mujeres y sus hijos. 14 Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el espíritu de Jehová en medio de la reunión; 15 y dijo: «Oíd, todo Judá, y vosotros habitantes de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: “No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. 16 Mañana descenderéis contra ellos; mirad, ellos subirán por la cuesta de Sis y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. 17 No tendréis que pelear vosotros en esta ocasión; apostaos y quedaos quietos; veréis como la salvación de Jehová vendrá sobre vosotros. Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros”».
Es común que el creyente en medio de las batallas, tome decisiones precipitadas, decisiones en la carne, rápidamente decimos “aquí está la solución”, es más difícil esperar en Dios, pero después de esa espera viene la bendición.
En los versículos que hemos leído, vemos como el Espíritu del Señor vino cuando buscaron su presencia. Dios confirmará su palabra cuando nos habla, cuando actuamos en la carne nosotros mismos diseñamos la confirmación o respuesta.
El Señor se involucra en aquello que le damos permiso “estoy a la puerta y llamo, si alguno me abriere, entraré”. Cuando le damos permiso para que actúe en nuestras vidas, de corazón, Dios cambiará las circunstancias, cambiará los caracteres, será Él quien lo haga, porque para el hombre es imposible. Debemos ser sensibles a la voz de Dios, el no hablará si le buscamos.
Debemos alabar y adorar a Dios en medio de las pruebas y dar gracias en momentos difíciles. Alabar a Dios en momentos difíciles, cuando no tenemos ganas de nada, es algo poderoso, Dios habita en la alabanza de su pueblo, por eso es tan importante, alabarle, adorarle y bendecir su nombre. Cuando estemos mal, en angustias etc, es el momento de oír alabanzas y comenzar a bendecir su nombre.
En 1ª de Reyes 18, vemos a Elias, hombre tremendo de Dios, perseguido por el rey Acab y su esposa para prendedle. Elías en esos momentos, dice la palabra que se postro en tierra y adoró a Dios, nuestro corazón debe de estar rendido a Dios, postrado en su presencia. Elías seguía adorando a Dios mientras esperaba el milagro, la respuesta, y ésta llegó. Dios envió la lluvia por la cual él estaba pidiendo.
Al igual que el pueblo de Israel, igual que Elías, debemos tener la certeza de que la batalla es del Señor. Dios pelea por nosotros, así que no debemos estar angustiados por nada, sabiendo que El Señor está pendiente de nosotros. A Él sea la gloria por los siglos.
Predicación: Adela
Publicado por: Andrés P. Vela
