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PRESENTO Y ORO POR EL CULTO PONIENDOLO TO EN MANOS DEL SEÑOR MANUELA LOPEZ (EFESIO, 5:19 y HEBREOS, 13:15). PIDIO Y ORO POR LA OFRENDA DANDO GRACIAS A DIOS PACO ASENSIO (1ª CRONICAS, 29:11). HIZO LA INTRODUCCION IGNACIO MARTINEZ (ROMANO, 10:9-13) LA SALVACION LO MAS IMPORTANTE: LA PRIORIDAD UNO DE DIOS. NOS DESPIDIO EN ORACION DANDO GRACIAS A DIOS POR TODO PILAR.
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DIERON TESTIMONIO IGNACIO Y TERE DE COMO EL SEÑOR LES ESTA SUPLIENDO Y PROVEYENDO DE UNA FORMA TREMENDA Y DIERON TODA LA GLORIA A DIOS POR ELLO. ADELA DIO TESTIMONIO DE COMO DIOS ESTA BENDICIENDO LA EVANGELIZACION A TRAVES DE LA ENTREGA DE ALIMENTOS EN ALCALA DE LOS GAZULES. MANUELA Y PEPI DIERON TESTIMONIO DE COMO DIOS ESTA TRABAJANDO EN LAS INTERNAS EN LA CARCEL Y EN SUS FAMILIAS A TRAVES DE LA ORACION. PEPE Y PEPI DIERON TESTIMONIO DE COMO DIOS ESTA CUIDANDO DE JOSE PROVEYENDOLE DE PERSONAS QUE LO ESTAN CUIDANDO Y BENDICIENDO.
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Jueves, 11 de Agosto de 2.011
EL FRUTO DEL ESPIRITU ES TEMPLANZA. Parte. XI
TENER DOMINIO PROPIO SERIA IMPOSIBLE SIN QUE NUESTRO CARACTER ESTUVIERA TRATADO POR LA PACIENCIA.
TENER DOMINIO PROPIO SERIA IMPOSIBLE SIN QUE NUESTRO CARACTER ESTUVIERA TRATADO POR LA PACIENCIA.
La paciencia es una cualidad admirable en la vida que pocas personas parecen poseer, incluso los cristianos. Pienso que es uno de los atributos de Dios mas poderoso.
Según la Palabra de Dios, nuestra vida se debe caracterizar por la paciencia, porque es importante para desarrollar el carácter maduro y estable que el Señor desea que se produzca en Su pueblo. “El amor es sufrido, es benigno…no se irrita” (1 Corintios 13:4-5).
La paciencia es la capacidad de absorber problemas y tensiones sin quejarse, y no verse afectado por los obstáculos, los retrasos y los fracasos.
Dios permite que tengamos dificultades, inconvenientes e incluso sufrimientos, con un fin específico: nos ayudan a desarrollar la actitud apropiada para crezca nuestra paciencia.
Cuando el cristiano ve que esas pruebas se resuelven en su provecho, permitiéndole alcanzar resultados convenientes y de refuerzo para su carácter, se prepara el escenario para el desarrollo de un espíritu paciente.
A continuación, el Espíritu Santo de Dios podrá desarrollar el fruto de la paciencia en su vida. “Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia…” (Gálatas 5:22).
“Esta es una época altiva, neurótica y llena de impaciencia. Nos apresuramos cuando no hay necesidad, sólo por apresurarnos. Esta época acelerada ha producido más problemas y menos moralidad que las generaciones anteriores, y nos ha provocado males nerviosos. La impaciencia ha producido una secuela de hogares destruidos, úlceras, etc., y ha preparado la escena para más guerras mundiales”.
Un poco de introspección y análisis de la impaciencia por nuestra parte puede ser conveniente y útil. ¿Qué me hace ser impaciente? ¿Soy inmaduro? ¿Soy quisquilloso?
“Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y el mal” (Hebreos 5:14).
¿Soy egoísta, legalista o exigente? ¿Soy capaz de dejar margen para las equivocaciones y las imperfecciones de los demás, recordando que Dios está actuando también sobre ellos?
“…Que seáis pacientes para con todos. Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos” (1 Tesalonicenses 5:14-15).
¿Me irrito con facilidad “porque alguien se está saliendo con la suya”?
“No te impacientes a causa de los malignos” (Salmo 37:1)
¿Soy envidioso o celoso?
“Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones. Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados” (Santiago 5:8-9).
¿Soy materialista? ¿Estoy dominado por el espíritu de este mundo?
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba…” (Colosenses 3:1)
¿He superado realmente la “mentalidad del mundo”?
“…pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación” (Filipenses 4:11)
¿Estoy siendo insensible a los esfuerzos de Dios para ocuparse de mí, permitiendo que sufra circunstancias adversas, irritaciones y tensiones, con el fin de que, por medio de Su gracia, aprenda a trascender el yo y a crecer en amor y estatura espiritual?
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Más tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1:2-4).
Según la Palabra de Dios, nuestra vida se debe caracterizar por la paciencia, porque es importante para desarrollar el carácter maduro y estable que el Señor desea que se produzca en Su pueblo. “El amor es sufrido, es benigno…no se irrita” (1 Corintios 13:4-5).
La paciencia es la capacidad de absorber problemas y tensiones sin quejarse, y no verse afectado por los obstáculos, los retrasos y los fracasos.
Dios permite que tengamos dificultades, inconvenientes e incluso sufrimientos, con un fin específico: nos ayudan a desarrollar la actitud apropiada para crezca nuestra paciencia.
Cuando el cristiano ve que esas pruebas se resuelven en su provecho, permitiéndole alcanzar resultados convenientes y de refuerzo para su carácter, se prepara el escenario para el desarrollo de un espíritu paciente.
A continuación, el Espíritu Santo de Dios podrá desarrollar el fruto de la paciencia en su vida. “Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia…” (Gálatas 5:22).
“Esta es una época altiva, neurótica y llena de impaciencia. Nos apresuramos cuando no hay necesidad, sólo por apresurarnos. Esta época acelerada ha producido más problemas y menos moralidad que las generaciones anteriores, y nos ha provocado males nerviosos. La impaciencia ha producido una secuela de hogares destruidos, úlceras, etc., y ha preparado la escena para más guerras mundiales”.
Un poco de introspección y análisis de la impaciencia por nuestra parte puede ser conveniente y útil. ¿Qué me hace ser impaciente? ¿Soy inmaduro? ¿Soy quisquilloso?
“Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y el mal” (Hebreos 5:14).
¿Soy egoísta, legalista o exigente? ¿Soy capaz de dejar margen para las equivocaciones y las imperfecciones de los demás, recordando que Dios está actuando también sobre ellos?
“…Que seáis pacientes para con todos. Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos” (1 Tesalonicenses 5:14-15).
¿Me irrito con facilidad “porque alguien se está saliendo con la suya”?
“No te impacientes a causa de los malignos” (Salmo 37:1)
¿Soy envidioso o celoso?
“Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones. Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados” (Santiago 5:8-9).
¿Soy materialista? ¿Estoy dominado por el espíritu de este mundo?
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba…” (Colosenses 3:1)
¿He superado realmente la “mentalidad del mundo”?
“…pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación” (Filipenses 4:11)
¿Estoy siendo insensible a los esfuerzos de Dios para ocuparse de mí, permitiendo que sufra circunstancias adversas, irritaciones y tensiones, con el fin de que, por medio de Su gracia, aprenda a trascender el yo y a crecer en amor y estatura espiritual?
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Más tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1:2-4).
Meditación en la Palabra: Pastor Pepe R. Castañeda