COLABORARON EN EL DESARROLLO DE CULTO PACO ASENSIO, (FILIPENSES, 4:4)PRESENTANDO Y ORANDO PARA QUE EL SEÑOR TOMARA EL CONTROL DE TODO.
PIDIO Y ORO POR LA OFRENDA TERE ARAGON DANDO GRACIAS A DIOS POR ELLA Y PARA QUE SE INVIRTIERA EN LO QUE DIOS QUIERE.
PEPI MARTINEZ INTRUDUJO LA PALABRA (SALMO, 27:4 y 8) "BUSCAR EL ROSTRO DE DIOS VIVIENDO CON CONTENTAMIENTO, FE Y CONFIANZA EN EL"
PILAR NOS DESPIDIO EN ORACION DANDO GRACIAS A DIOS POR TODO.
PILAR NOS DESPIDIO EN ORACION DANDO GRACIAS A DIOS POR TODO.
.
Jueves, 16 de Octubre de 2.011
......Y OTROS, DONES DE SANIDADES..... Parte, III
......Y OTROS, DONES DE SANIDADES..... Parte, III
Éxodo 15, versículo 22, dice “.... e hizo Moisés que partiese Israel...” los israelitas están en el desierto, están en lugares secos, desérticos, no hay agua por ninguna parte. Están dando vueltas en el desierto. Dice, “... y salieron al desierto de Shur y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua, y llegaron a Mara – Mara quiere decir amargo- “... llegaron a Mara y no pudieron beber las aguas de Mara porque eran amargas, por eso le pusieron el nombre de Mara. Dice, “... entonces el pueblo murmuró contra Moisés y dijo, ‘¿qué hemos de beber?’ Y Moisés clamó a Jehová....”
Para que se de la sanidad, hermanos, lo primero que tenemos que hacer es clamar al Señor. La palabra dice, ¿por qué no reciben? Porque no piden. Moisés era un hombre que sabía lo que había que hacer cuando había una necesidad. Esta agua estaban enfermas.
No se trata de sanidad de un cuerpo enfermo, pero se trata de la sanidad de aguas que necesitan ser sanadas. Dios es el Dios de la sanidad para cualquier situación, no hay límites a lo que Dios quiere hacer. Tu sanidad puede ser de naturaleza emocional y Dios quiere sanar tus emociones. Tu sanidad puede ser de naturaleza espiritual, hay quizás alguna opresión en tu vida, alguna adicción de algún tipo, alguna opresión demoníaca.
Mira, Dios quiere sanarte en esa necesidad también. Y quizás tu necesidad sea de sanidad física, en alguna parte de tu cuerpo. Dios dice ‘yo puedo intervenir en ese aspecto de tu vida’. No importa cuál sea.
Para mi estas aguas amargas son símbolo de algo que nosotros necesitamos. Las aguas han sido hechas para refrescar, para saciar la sed, para dar vida, pero muchas veces esas aguas están amargas, como muchas veces, yo creo que Dios ha llamado nuestra vida para experimentar salud, vigor, energía, pero nuestras aguas físicas, o emocionales, o mentales, o espirituales están amargadas e impiden que nosotros podamos disfrutar de algo que Dios ha creado para nuestra bendición.
Pero muchas veces ¿qué hacemos nosotros? Nos quejamos como se quejó el pueblo. Y entonces simplemente decimos, ‘oh, Dios tu no estás siendo fiel’. Por nada estéis afanados sino sean conocidas vuestras peticiones.
Cuando tu tengas una necesidad de sanidad, o cuando haya alguien en tu familia, o en algún sitio cerca de ti, bajo tu influencia que necesita sanidad ora en el nombre del Señor, unge con aceite, ejercita el don que está dentro de ti. Pon a desarrollar el don en tu vida. Seamos, hermanos, que siempre andemos con nuestra botellita de aceite. Siempre listo.
Nosotros tenemos que usar la unción y los dones que Dios ha puesto en nosotros. Es la única manera que vamos a ver los milagros que Dios quiere que se den, gracias a Dios que Moisés sabía lo que tenía que hacer, en vez de quejarse él clamó a Jehová.
“... y Jehová le mostró un árbol Un árbol es algo que sugiere vida, sugiere belleza, sugiere nutrición, sugiere ministerio. Le mostró un árbol, y cogieron ese árbol, interesantemente lo arrancaron, quizás era un arbusto de algún tipo o algo, arrancaron ese árbol que manifestaba vida y lo echaron en las aguas. ¿Y qué pasó con las aguas? Las aguas se endulzaron, perdieron su calidad mortífera, dañina.
Ese es el poder de Dios cuando entra, es el poder sanador de Dios, cuando entra a cualquier situación. Hay mujeres que su vientre está amargado, no dan vida. Hay hombres cuya mente está amargada y no dan vida. Hay jóvenes cuya sensibilidad está amargada y no hay vida que sale de ellos, no pueden funcionar, no pueden salir adelante, están atascados y se necesita que la vida de Dios venga y sane esos lugares.
Yo se que habla de sanidades en el sentido físico. Pero, no, el don de Dios para sanar es multifacético, dondequiera que hay enfermedad de cualquier tipo, el poder sanador de Dios pueden entrar. Recuerda eso siempre. Tu eres un árbol, tu eres un agente sanador. En esta ciudad se necesita gente sanadora, gente con el espíritu de Dios, gente llena del Espíritu Santo, gente con una visión guerrera, gente que sepa que tenemos dentro de nosotros el poder vivificador de Dios. Tu tienes la vida de Dios dentro de ti, tu puedes sanar las aguas de esta ciudad. Esta ciudad necesita sanidad.
Dice, “... y las aguas se endulzaron y allí les dio estatutos y ordenanzas y allí los probó...”
Mire lo que dice Dios, “... y dijo, ‘si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad.....”
Por eso es que yo se que la mente de Dios hizo la conexión entre esas aguas que se sanaron y la sanidad física, porque Dios una vez le dijo ‘esto que ustedes han visto, esto no es nada. Yo les quiero decir algo, si ustedes caminan en mis mandamientos y se ordenan según mis estatutos y me obedecen, yo les voy a dar sanidad a todo lo que tenga que ver con sus vidas.’
Entonces, le dijo “.. si ustedes hacen esto ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti porque yo soy Jehová, tu sanador...”
Ese es uno de los nombres de Dios, Jehová Rafa, Jehová el sanador. Dios, la esencia de Dios es sanar, así como Dios es amor, también es sanador.
Dios no es sanador en términos genéricos, sino es ‘Yo soy Jehová, tu sanador’. Recuerda eso siempre.
Dios siempre se identifica como el sanador por eso es que nosotros no podemos estar contentos o mejor dicho conformados con las enfermedades que hay en nuestra vida. Nosotros tenemos siempre que estar clamando y tocando al Señor, cualquier situación que haya en tu vida, cualquier enfermedad de cualquier índole, mira, sigue tocando tu al Señor, no te conformes, sigue clamando al Señor y pidiendo, ‘Señor, yo necesito esa sanidad’. No te conformes con un estado de ansiedad, de depresión, con una enfermedad física, con cualquier tipo de enfermedad, sino recuerda que Dios ha dicho ‘Yo soy tu sanador’.
Recuerda esa imagen de ese árbol cayendo sobre aguas amargas, y recuerda que eso es, cuando el Evangelio entra a tu vida, donde el Espíritu Santo entra a tu vida es para sanar tu vida, y es para que tu seas un agente de sanidad a otros también. Yo soy Jehová, tu sanador.
Éxodo, Capítulo 23, versículo 25 también, dice allí “... más a Jehová vuestro Dios serviréis y él bendecirá tu pan y tus aguas y yo quitaré toda enfermedad en medio de ti....”
Esa es una promesa; o Dios exageró o mintió o no sabía sus limitaciones, o estaba diciendo la verdad, toda enfermedad. Dios quiere un pueblo, yo creo que Dios quiere un pueblo sano, hermanos. Ahora, yo entiendo bien que hay enfermedades y hemos orado y hemos hecho todo lo que está de nuestra parte. Pero lo que yo quiero decir, está bien, eso no te impide vivir una vida feliz, si tienes una condición pero sigue clamando al Señor, pon tu mente en la intención de Dios, pon tu mente en esas promesas.
¿Por qué mirar las promesas negativas si hay tantas promesas positivas? Yo soy Jehová tu sanador. Yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti.
Mire otro pasaje, Deuteronomio 7:15, y fíjese que todas estas cosas están condicionadas a vivir en el Señor. Hermanos, yo creo que si la humanidad pusiera en práctica la palabra de Dios, hace tiempo que se hubiera desterrado la enfermedad de la tierra. El problema está en que la hemos contaminado con el pecado, y aún la iglesia como comunidad no vive a la altura que Dios pide. Yo se que hay otros misterios que intervienen también en la vida humana.
Yo creo que si los hebreos hubieran caminado con el Señor siempre, como comunidad, como pueblo, Dios hubiera cumplido esa promesa y hubiera desterrado completamente la enfermedad. Pero claro, cayeron, se corrompieron y desobedecieron al Señor.
Deuteronomio 7:15, dice: “.... y quitará Jehová de ti toda enfermedad y todas las malas plagas de Egipto que tu conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren....”
Promesa de sanidad, dones de sanidad. El salmo 103, versículo 3, Dice, “... bendice alma mía Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios, él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias....”
El que sana ¿qué? Todas tus dolencias. Usted ve que una y otra vez el Señor habla en términos abarcadores, completos. El que sana todas tus dolencias. Yo veo una y otra vez, hermanos, esa idea de un Dios que quiere que el don de sanidad corra a través de su pueblo y Dios quiere activar nuestra mente para creer en eso y para que nosotros tengamos la expectativa de sanidad.
Meditación en la Palabra: Pastor Pepe R. Castañeda.
Para que se de la sanidad, hermanos, lo primero que tenemos que hacer es clamar al Señor. La palabra dice, ¿por qué no reciben? Porque no piden. Moisés era un hombre que sabía lo que había que hacer cuando había una necesidad. Esta agua estaban enfermas.
No se trata de sanidad de un cuerpo enfermo, pero se trata de la sanidad de aguas que necesitan ser sanadas. Dios es el Dios de la sanidad para cualquier situación, no hay límites a lo que Dios quiere hacer. Tu sanidad puede ser de naturaleza emocional y Dios quiere sanar tus emociones. Tu sanidad puede ser de naturaleza espiritual, hay quizás alguna opresión en tu vida, alguna adicción de algún tipo, alguna opresión demoníaca.
Mira, Dios quiere sanarte en esa necesidad también. Y quizás tu necesidad sea de sanidad física, en alguna parte de tu cuerpo. Dios dice ‘yo puedo intervenir en ese aspecto de tu vida’. No importa cuál sea.
Para mi estas aguas amargas son símbolo de algo que nosotros necesitamos. Las aguas han sido hechas para refrescar, para saciar la sed, para dar vida, pero muchas veces esas aguas están amargas, como muchas veces, yo creo que Dios ha llamado nuestra vida para experimentar salud, vigor, energía, pero nuestras aguas físicas, o emocionales, o mentales, o espirituales están amargadas e impiden que nosotros podamos disfrutar de algo que Dios ha creado para nuestra bendición.
Pero muchas veces ¿qué hacemos nosotros? Nos quejamos como se quejó el pueblo. Y entonces simplemente decimos, ‘oh, Dios tu no estás siendo fiel’. Por nada estéis afanados sino sean conocidas vuestras peticiones.
Cuando tu tengas una necesidad de sanidad, o cuando haya alguien en tu familia, o en algún sitio cerca de ti, bajo tu influencia que necesita sanidad ora en el nombre del Señor, unge con aceite, ejercita el don que está dentro de ti. Pon a desarrollar el don en tu vida. Seamos, hermanos, que siempre andemos con nuestra botellita de aceite. Siempre listo.
Nosotros tenemos que usar la unción y los dones que Dios ha puesto en nosotros. Es la única manera que vamos a ver los milagros que Dios quiere que se den, gracias a Dios que Moisés sabía lo que tenía que hacer, en vez de quejarse él clamó a Jehová.
“... y Jehová le mostró un árbol Un árbol es algo que sugiere vida, sugiere belleza, sugiere nutrición, sugiere ministerio. Le mostró un árbol, y cogieron ese árbol, interesantemente lo arrancaron, quizás era un arbusto de algún tipo o algo, arrancaron ese árbol que manifestaba vida y lo echaron en las aguas. ¿Y qué pasó con las aguas? Las aguas se endulzaron, perdieron su calidad mortífera, dañina.
Ese es el poder de Dios cuando entra, es el poder sanador de Dios, cuando entra a cualquier situación. Hay mujeres que su vientre está amargado, no dan vida. Hay hombres cuya mente está amargada y no dan vida. Hay jóvenes cuya sensibilidad está amargada y no hay vida que sale de ellos, no pueden funcionar, no pueden salir adelante, están atascados y se necesita que la vida de Dios venga y sane esos lugares.
Yo se que habla de sanidades en el sentido físico. Pero, no, el don de Dios para sanar es multifacético, dondequiera que hay enfermedad de cualquier tipo, el poder sanador de Dios pueden entrar. Recuerda eso siempre. Tu eres un árbol, tu eres un agente sanador. En esta ciudad se necesita gente sanadora, gente con el espíritu de Dios, gente llena del Espíritu Santo, gente con una visión guerrera, gente que sepa que tenemos dentro de nosotros el poder vivificador de Dios. Tu tienes la vida de Dios dentro de ti, tu puedes sanar las aguas de esta ciudad. Esta ciudad necesita sanidad.
Dice, “... y las aguas se endulzaron y allí les dio estatutos y ordenanzas y allí los probó...”
Mire lo que dice Dios, “... y dijo, ‘si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad.....”
Por eso es que yo se que la mente de Dios hizo la conexión entre esas aguas que se sanaron y la sanidad física, porque Dios una vez le dijo ‘esto que ustedes han visto, esto no es nada. Yo les quiero decir algo, si ustedes caminan en mis mandamientos y se ordenan según mis estatutos y me obedecen, yo les voy a dar sanidad a todo lo que tenga que ver con sus vidas.’
Entonces, le dijo “.. si ustedes hacen esto ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti porque yo soy Jehová, tu sanador...”
Ese es uno de los nombres de Dios, Jehová Rafa, Jehová el sanador. Dios, la esencia de Dios es sanar, así como Dios es amor, también es sanador.
Dios no es sanador en términos genéricos, sino es ‘Yo soy Jehová, tu sanador’. Recuerda eso siempre.
Dios siempre se identifica como el sanador por eso es que nosotros no podemos estar contentos o mejor dicho conformados con las enfermedades que hay en nuestra vida. Nosotros tenemos siempre que estar clamando y tocando al Señor, cualquier situación que haya en tu vida, cualquier enfermedad de cualquier índole, mira, sigue tocando tu al Señor, no te conformes, sigue clamando al Señor y pidiendo, ‘Señor, yo necesito esa sanidad’. No te conformes con un estado de ansiedad, de depresión, con una enfermedad física, con cualquier tipo de enfermedad, sino recuerda que Dios ha dicho ‘Yo soy tu sanador’.
Recuerda esa imagen de ese árbol cayendo sobre aguas amargas, y recuerda que eso es, cuando el Evangelio entra a tu vida, donde el Espíritu Santo entra a tu vida es para sanar tu vida, y es para que tu seas un agente de sanidad a otros también. Yo soy Jehová, tu sanador.
Éxodo, Capítulo 23, versículo 25 también, dice allí “... más a Jehová vuestro Dios serviréis y él bendecirá tu pan y tus aguas y yo quitaré toda enfermedad en medio de ti....”
Esa es una promesa; o Dios exageró o mintió o no sabía sus limitaciones, o estaba diciendo la verdad, toda enfermedad. Dios quiere un pueblo, yo creo que Dios quiere un pueblo sano, hermanos. Ahora, yo entiendo bien que hay enfermedades y hemos orado y hemos hecho todo lo que está de nuestra parte. Pero lo que yo quiero decir, está bien, eso no te impide vivir una vida feliz, si tienes una condición pero sigue clamando al Señor, pon tu mente en la intención de Dios, pon tu mente en esas promesas.
¿Por qué mirar las promesas negativas si hay tantas promesas positivas? Yo soy Jehová tu sanador. Yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti.
Mire otro pasaje, Deuteronomio 7:15, y fíjese que todas estas cosas están condicionadas a vivir en el Señor. Hermanos, yo creo que si la humanidad pusiera en práctica la palabra de Dios, hace tiempo que se hubiera desterrado la enfermedad de la tierra. El problema está en que la hemos contaminado con el pecado, y aún la iglesia como comunidad no vive a la altura que Dios pide. Yo se que hay otros misterios que intervienen también en la vida humana.
Yo creo que si los hebreos hubieran caminado con el Señor siempre, como comunidad, como pueblo, Dios hubiera cumplido esa promesa y hubiera desterrado completamente la enfermedad. Pero claro, cayeron, se corrompieron y desobedecieron al Señor.
Deuteronomio 7:15, dice: “.... y quitará Jehová de ti toda enfermedad y todas las malas plagas de Egipto que tu conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren....”
Promesa de sanidad, dones de sanidad. El salmo 103, versículo 3, Dice, “... bendice alma mía Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios, él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias....”
El que sana ¿qué? Todas tus dolencias. Usted ve que una y otra vez el Señor habla en términos abarcadores, completos. El que sana todas tus dolencias. Yo veo una y otra vez, hermanos, esa idea de un Dios que quiere que el don de sanidad corra a través de su pueblo y Dios quiere activar nuestra mente para creer en eso y para que nosotros tengamos la expectativa de sanidad.
Meditación en la Palabra: Pastor Pepe R. Castañeda.