El éxito en tu matrimonio.
La gran mayoría de problemas que nosotros tenemos no podemos solucionarlos por nosotros mismos, por eso es vital que cuando nos encontremos en esos problemas ir a la Palabra de Dios y pasar tiempo con Dios.
La persona sabia es agradecida cuando Dios le habla, cuado recibe dirección, sin embargo la persona necia, en vez de ser agradecido y alegrarse por recibir tan apreciada ayuda, se enfada.
Lo que vamos a ver hoy es tan poderoso y efectivo que hasta el día de hoy ha salvado y mejorado muchos matrimonios, su secreto es un principio bíblico, aplicado a la emocionalidad humana. Lo vemos en Hechos 20.35 “mejor es dar que recibir”, trabajar para la otra persona, pensando en él o ella. Por supuesto que los problemas no se soluciona por arte de magia, es necesario trabajar y duro en el matrimonio. Si ambos aplican el principio bíblico, tenemos medio camino recorrido. Es casi imposible hacer feliz a una persona si yo mismo no soy feliz, el entusiasmo se contagia, la felicidad es pegadiza, por otro la do el pesimismo y las pocas ganas también.
El amor nace de la admiración de una persona a otra, y una persona que te quiere, que te abraza, que está pendiente de ti, tú como mínimo la tomas en cuenta, y llegas a amarla. Cuando tu das y das, es pura dinamita, cuados das vas a recibir. Como creyentes e hijos de Dios debemos estar animados a dar, poder abrazar, consolar, dar felicidad. Cuando quiero dar a mi esposa o a mi marido todo, lo haré feliz.
¿Sientes que tu llama del amor en tu matrimonio se está pagando? Cuando prefiero estar en otro lugar o con otra persona antes que con mi esposa o marido algo va mal. Algunos se deslizan en la trama del egoísmo (buscan su propia felicidad personal) antes que su cónyuge, si estamos en este camino es necesario cambiar de rumbo y buscar a Dios.
El amor Ágape, es el que busca el bien del otro antes que el suyo propio, es más fuerte que el odio vence a todos. Cantar de los Cantares 8.7 “Las muchas aguas no apagan el amor”.
Veamos algunos pasos útiles que podríamos seguir.
1 Estar de acuerdo las dos partes, que algo tienen que hacer personalmente. Es un paso en el cual acepto que mi marido o mi mujer quieren arreglar los problemas. Claro que no se arreglara todo de repente, pero es un paso. Si podemos fomentar la amistad y la unidad frente al problema, es un buen comienzo. Es bueno reconocer que no he tenido éste amor en mi matrimonio y pedir perdón, así la verdadera reconciliación viene paso a paso, dejando al lado el egocentrismo y practicando el amor ágape.
2 Preguntar al cónyuge ¿qué podría yo hacer por ti? O ¿Qué te gustaría que dejara de hacer? Con una sola cosa en la que los dos estemos de acuerdo es suficiente por el momento, darse un tiempo para cumplirlo, hacer un pacto. Se trata de llegar a ese primer amor, cuando estamos deseando hacer cosas juntos, vernos etc, Es muy bueno dedicar u tiempo exclusivamente para nuestro matrimonio, escoger un día o una tarde, y estar juntos ¿Cuánto tiempo hace que no estás a solas con tu esposa o marido?, simplemente tomar un café, o pasear.
Es necesario cumplir lo que acordemos, y saber que la felicidad es un regalo recibido del otro, un regalo no se puede exigir.
3 Es volver a comunicar sobre este principio, sentarnos juntos a orar y hablar sobre lo que hemos acordado. El método es lento pero efectivo, solo que tenemos que cumplir lo que hemos propuesto. En éste punto pasamos al siguiente paso. Comenzar a tratar otro problema, hemos arreglado uno ahora iremos a por otro.
La clave de la transformación es hacer cambios, no haciendo más lo mismo. El progreso es una esperanza que crece, en la medida que doy, recibo, se llama bendición.
La perfecta y maravillosa definición del amor lo vemos en la palabra, 1ª de Corintios 13, 4,7. Lo único que puede cambiar una relación que va mal (y lo sabemos) y mejoras otras es el AMOR AGAPE, seré feliz en la medida que hago feliz al otro. Apocalipsis 2; 4,5. Hace falta disposición, esfuerzo comunicación, paciencia, no es magia, es esfuerzo, compromiso, es dar.
Dios te siga bendiciendo.
predicación: Pastor José R. Castañeda
publicado: Andrés P. Vela
La gran mayoría de problemas que nosotros tenemos no podemos solucionarlos por nosotros mismos, por eso es vital que cuando nos encontremos en esos problemas ir a la Palabra de Dios y pasar tiempo con Dios.
La persona sabia es agradecida cuando Dios le habla, cuado recibe dirección, sin embargo la persona necia, en vez de ser agradecido y alegrarse por recibir tan apreciada ayuda, se enfada.
Lo que vamos a ver hoy es tan poderoso y efectivo que hasta el día de hoy ha salvado y mejorado muchos matrimonios, su secreto es un principio bíblico, aplicado a la emocionalidad humana. Lo vemos en Hechos 20.35 “mejor es dar que recibir”, trabajar para la otra persona, pensando en él o ella. Por supuesto que los problemas no se soluciona por arte de magia, es necesario trabajar y duro en el matrimonio. Si ambos aplican el principio bíblico, tenemos medio camino recorrido. Es casi imposible hacer feliz a una persona si yo mismo no soy feliz, el entusiasmo se contagia, la felicidad es pegadiza, por otro la do el pesimismo y las pocas ganas también.
El amor nace de la admiración de una persona a otra, y una persona que te quiere, que te abraza, que está pendiente de ti, tú como mínimo la tomas en cuenta, y llegas a amarla. Cuando tu das y das, es pura dinamita, cuados das vas a recibir. Como creyentes e hijos de Dios debemos estar animados a dar, poder abrazar, consolar, dar felicidad. Cuando quiero dar a mi esposa o a mi marido todo, lo haré feliz.
¿Sientes que tu llama del amor en tu matrimonio se está pagando? Cuando prefiero estar en otro lugar o con otra persona antes que con mi esposa o marido algo va mal. Algunos se deslizan en la trama del egoísmo (buscan su propia felicidad personal) antes que su cónyuge, si estamos en este camino es necesario cambiar de rumbo y buscar a Dios.
El amor Ágape, es el que busca el bien del otro antes que el suyo propio, es más fuerte que el odio vence a todos. Cantar de los Cantares 8.7 “Las muchas aguas no apagan el amor”.
Veamos algunos pasos útiles que podríamos seguir.
1 Estar de acuerdo las dos partes, que algo tienen que hacer personalmente. Es un paso en el cual acepto que mi marido o mi mujer quieren arreglar los problemas. Claro que no se arreglara todo de repente, pero es un paso. Si podemos fomentar la amistad y la unidad frente al problema, es un buen comienzo. Es bueno reconocer que no he tenido éste amor en mi matrimonio y pedir perdón, así la verdadera reconciliación viene paso a paso, dejando al lado el egocentrismo y practicando el amor ágape.
2 Preguntar al cónyuge ¿qué podría yo hacer por ti? O ¿Qué te gustaría que dejara de hacer? Con una sola cosa en la que los dos estemos de acuerdo es suficiente por el momento, darse un tiempo para cumplirlo, hacer un pacto. Se trata de llegar a ese primer amor, cuando estamos deseando hacer cosas juntos, vernos etc, Es muy bueno dedicar u tiempo exclusivamente para nuestro matrimonio, escoger un día o una tarde, y estar juntos ¿Cuánto tiempo hace que no estás a solas con tu esposa o marido?, simplemente tomar un café, o pasear.
Es necesario cumplir lo que acordemos, y saber que la felicidad es un regalo recibido del otro, un regalo no se puede exigir.
3 Es volver a comunicar sobre este principio, sentarnos juntos a orar y hablar sobre lo que hemos acordado. El método es lento pero efectivo, solo que tenemos que cumplir lo que hemos propuesto. En éste punto pasamos al siguiente paso. Comenzar a tratar otro problema, hemos arreglado uno ahora iremos a por otro.
La clave de la transformación es hacer cambios, no haciendo más lo mismo. El progreso es una esperanza que crece, en la medida que doy, recibo, se llama bendición.
La perfecta y maravillosa definición del amor lo vemos en la palabra, 1ª de Corintios 13, 4,7. Lo único que puede cambiar una relación que va mal (y lo sabemos) y mejoras otras es el AMOR AGAPE, seré feliz en la medida que hago feliz al otro. Apocalipsis 2; 4,5. Hace falta disposición, esfuerzo comunicación, paciencia, no es magia, es esfuerzo, compromiso, es dar.
Dios te siga bendiciendo.
predicación: Pastor José R. Castañeda
publicado: Andrés P. Vela