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Miercoles, 7 de Octubre de 2.009
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Dios habla a su pueblo, a sus hijos
DIOS HABLA POR MEDIO DE LA IGLESIA
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El Espíritu Santo nos habla por medio del pueblo de Dios, la iglesia local. Nos interesa aprender, acerca de cómo una iglesia oye y comprende la voluntad de Dios. Hoy veremos algunas maneras que te ayudarán a comprender por medio de la iglesia la voluntad de Dios.
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A1 funcionar en relación con la iglesia, dependo de otros creyentes para que me ayuden a entender la voluntad de Dios.
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1. ¿Cómo habló Dios en el Antiguo Testamento?
2. ¿Cómo habló Dios en los Evangelios?
3. ¿Cómo habla Dios desde los Hechos y hasta el presente?
4. ¿Por medio de cuáles cuatro maneras habla el Espíritu Santo?
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A1 funcionar en relación con la iglesia, dependo de otros creyentes para que me ayuden a entender la voluntad de Dios.
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1. ¿Cómo habló Dios en el Antiguo Testamento?
2. ¿Cómo habló Dios en los Evangelios?
3. ¿Cómo habla Dios desde los Hechos y hasta el presente?
4. ¿Por medio de cuáles cuatro maneras habla el Espíritu Santo?
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El cuerpo de Cristo
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Uno de los problemas que muchas iglesias evangélicas enfrentan hoy es que los creyentes piensan que como individuos están delante de Dios, pero que no son responsables ante la iglesia. Los creyentes en verdad tienen acceso directo a Dios. Cristo es el único mediador. Dios, sin embargo, creó la iglesia como su agente redentor en el mundo. Él tiene un propósito para la iglesia. Dios coloca a cada miembro en una iglesia para realizar sus propósitos redentores a través de ella.
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La iglesia es un cuerpo; es el cuerpo de Cristo (1 Co. 12.27). Jesucristo está presente como la Cabeza de la iglesia local (Ef. 4.15), y cada miembro es colocado en el cuerpo como a Dios le place (1 Co. 12.18). El Espíritu Santo se manifiesta en cada persona para el bien común (1 Co. 12.7). El cuerpo entero es ordenado por el Padre. Los miembros son capacitados y equipados por el Espíritu Santo para funcionar donde el Padre los ha colocado en el cuerpo. El cuerpo, entonces, funciona para edificarse por medio de la Cabeza, hasta que todo miembro llegue a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Ef. 4.13). Dios nos ha hecho dependientes mutuamente. Nos necesitamos el uno al otro. Cuando a uno le falta, otros en el cuerpo pueden y deben suplir.
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Por consiguiente, lo que Dios está haciendo en y a través del cuerpo es esencial para que yo sepa cómo debo responder a Él. Cuando lo veo obrando en el cuerpo, ajusto mi vida y la pongo allí. En la iglesia, dejo que Dios me use en cualquier manera que Él escoja, a fin de completar su obra en cada miembro. Ésta era la meta de Pablo cuando dijo: A quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre (Col. 1.28). Pablo estaba constantemente pidiendo a los creyentes que participaran vitalmente en su vida y ministerio. La eficacia del ministerio de Pablo descansaba en ellos (Col. 4.3; 2 Ts. 3.1; Ef. 6.19).
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Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo de quien todo e1 cuerpo, bien concertado y unido entre sí por toda las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. -Efesios 4.15-16-
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1 Corintios 12.7-31 y responde a las preguntas que siguen:
l. Pablo se dirigió a los creyentes en una iglesia local. ¿Qué es una iglesia local?
2. Según el versículo 12, ¿Qué ilustra mejor una iglesia? Un cuerpo separado o unido
3. ¿Qué dice el versículo 25 que debe ser realidad en una iglesia? ¿Es esto verdad en su iglesia?
4. Según los versículos 14-24, marque verdaderas (V) o falsas (F). Las que son falsas escríbalas en forma correcta en la línea que sigue.
a. El cuerpo consta de una sola parte.
b. El pie es parte del cuerpo, aunque no es mano.
c. El oído no es parte del cuerpo, porque no es ojo.
d. Los miembros del cuerpo deciden dónde se van a colocar.
e. Todos los miembros necesitan el uno del otro.
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Uno de los problemas que muchas iglesias evangélicas enfrentan hoy es que los creyentes piensan que como individuos están delante de Dios, pero que no son responsables ante la iglesia. Los creyentes en verdad tienen acceso directo a Dios. Cristo es el único mediador. Dios, sin embargo, creó la iglesia como su agente redentor en el mundo. Él tiene un propósito para la iglesia. Dios coloca a cada miembro en una iglesia para realizar sus propósitos redentores a través de ella.
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La iglesia es un cuerpo; es el cuerpo de Cristo (1 Co. 12.27). Jesucristo está presente como la Cabeza de la iglesia local (Ef. 4.15), y cada miembro es colocado en el cuerpo como a Dios le place (1 Co. 12.18). El Espíritu Santo se manifiesta en cada persona para el bien común (1 Co. 12.7). El cuerpo entero es ordenado por el Padre. Los miembros son capacitados y equipados por el Espíritu Santo para funcionar donde el Padre los ha colocado en el cuerpo. El cuerpo, entonces, funciona para edificarse por medio de la Cabeza, hasta que todo miembro llegue a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Ef. 4.13). Dios nos ha hecho dependientes mutuamente. Nos necesitamos el uno al otro. Cuando a uno le falta, otros en el cuerpo pueden y deben suplir.
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Por consiguiente, lo que Dios está haciendo en y a través del cuerpo es esencial para que yo sepa cómo debo responder a Él. Cuando lo veo obrando en el cuerpo, ajusto mi vida y la pongo allí. En la iglesia, dejo que Dios me use en cualquier manera que Él escoja, a fin de completar su obra en cada miembro. Ésta era la meta de Pablo cuando dijo: A quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre (Col. 1.28). Pablo estaba constantemente pidiendo a los creyentes que participaran vitalmente en su vida y ministerio. La eficacia del ministerio de Pablo descansaba en ellos (Col. 4.3; 2 Ts. 3.1; Ef. 6.19).
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Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo de quien todo e1 cuerpo, bien concertado y unido entre sí por toda las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. -Efesios 4.15-16-
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1 Corintios 12.7-31 y responde a las preguntas que siguen:
l. Pablo se dirigió a los creyentes en una iglesia local. ¿Qué es una iglesia local?
2. Según el versículo 12, ¿Qué ilustra mejor una iglesia? Un cuerpo separado o unido
3. ¿Qué dice el versículo 25 que debe ser realidad en una iglesia? ¿Es esto verdad en su iglesia?
4. Según los versículos 14-24, marque verdaderas (V) o falsas (F). Las que son falsas escríbalas en forma correcta en la línea que sigue.
a. El cuerpo consta de una sola parte.
b. El pie es parte del cuerpo, aunque no es mano.
c. El oído no es parte del cuerpo, porque no es ojo.
d. Los miembros del cuerpo deciden dónde se van a colocar.
e. Todos los miembros necesitan el uno del otro.
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Respuestas: (1) Una iglesia local es el cuerpo de Cristo. Todos los creyentes en todo el mundo están unidos en el reino de Dios bajo el señorío del Rey. Pero la iglesia local debe funcionar como un cuerpo. No es parte de un cuerpo; es un cuerpo. (2) La intención de Dios siempre fue que la iglesia funcione como una unidad y no como partes individuales. (3) La iglesia no debe tener divisiones internas. Si su iglesia tiene divisiones, es un cuerpo enfermo. Cristo, el Médico divino, puede curar ese cuerpo, si la iglesia se lo permite. (4) Las afirmaciones a, c y d son falsas. Las otras son verdad.
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Aparte del cuerpo tu no puedes saber completamente la voluntad de Dios respecto a tu relación con el cuerpo
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Aparte del cuerpo tu no puedes saber completamente la voluntad de Dios respecto a su relación con el cuerpo. Sin el ojo la mano no sabe dónde tocar. Sin el oído el resto del cuerpo tal vez no sepa cómo o cuándo responder. Cada miembro necesita escuchar lo que los demás dicen. Si los miembros no se hablan acerca de lo que perciben que Dios está haciendo, el cuerpo entero está en problemas.
Al funcionar yo en relación con la iglesia, dependo de otros creyentes para que me ayuden a entender la voluntad de Dios. Permíteme ilustrártelo.
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Permite que Dios te hable por medio de la iglesia
Mientras estaba en el estudiando Inste y preparándome ayudaba en la iglesia. El primer año empecé con la empresa de la Iglesia. Lo hice de corazón. Al año siguiente nos pidieron a Pepi y a mi que fueramos lideres del grupo de intercesión. Nunca lo habíamos hecho antes. Sólo habíamos orado solos y los dos juntos. Tampoco sabíamos cómo llevarlo, ni tampoco como formarlo. Esta fue la manera como enfrenté este reto.
El pueblo de Dios de esa iglesia necesitaba los líderes para la intercesión. Al orar percibieron que Dios nos había puesto allí con el propósito de llenar esa necesidad. Nosotros también, por nuestra parte, vimos la necesidad y nos dimos cuenta que Dios podía usarnos allí. Como siervos de Jesucristo no teníamos la opción de decir que no. Creía que la Cabeza, Jesucristo, podía hablar por medio del resto del cuerpo para guiarnos a saber cómo debía funcionar en el cuerpo. Respondímos y aceptamos diciendo que lo haríamos lo mejor que pudieramos.
Por siete años servímos como responsables de la empresa, evangelismo, intercesión plantación de iglesias, sanidad interior y liberación. Luego Dios a través de la iglesia decidió llamarnos para que fueramos sus pastores. Nunca antes había predicado de una forma sistemática. Estaba preparándome, pero no porque percibiera que Dios me estaba llamando a ser pastor. Percibí que necesitaba poner en práctica la preparación recibida en el seminario, para poder tener algunas herramientas que Dios pudiera usar. No le dije al Señor: "Voy a dedicarme a esto o aquello". Tampoco mencioné ni empresa, ni educación ni predicación. Lo que le dije fue: "Señor, haré cualquier cosa que me dirijas a hacer en relación a tu cuerpo. Soy tu siervo para tus propósitos". De modo que aceptamos ser lo pastores de la iglesia que actualmente estomos pastoreando.
En la iglesia la necesidad no constituye un llamamiento. La necesidad, sin embargo, no puede ignorarse. No temas permitir que el cuerpo de creyentes te ayude a conocer la voluntad de Dios. Ten en mente, también, que un individuo no es la iglesia. A final de cuentas, tu tendrás que tomar el consejo de la gente y acudir a Dios buscando dirección clara. Lo que hallará es que un número de cosas se alinean en la misma dirección. Lo que tu oyes de la Biblia, la oración, las circunstancias y la iglesia empezará a señalarle en la misma dirección. Entonces puede proseguir con confianza.
Tal vez me digas: "Hermano, tu no conoces a mi iglesia. No se puede depender de ellos para que te ayuden a saber la voluntad de Dios". Ten cuidado. Cuando tu dices eso estás diciendo más acerca de lo que crees en cuanto a Dios, que de lo que crees en cuanto a tu iglesia. Tu estas diciendo: "Ni siquiera Dios puede obrar a través de esta gente. Simplemente, Él no tiene suficiente poder". No creo que eso sea lo que tu piensas. Pero lo que haces dice más en cuanto a lo que crees acerca de Dios de lo que dices.
RESUMEN
·Una iglesia es un cuerpo. Es el cuerpo de Cristo.
·Jesucristo está presente como la Cabeza de una iglesia local. Cada miembro es colocado en el cuerpo según a Dios le place. Dios nos hace mutuamente dependientes. Nos necesitamos el uno al otro.
·Aparte del cuerpo no puedo conocer completamente la voluntad de Dios respecto a mi relación con el cuerpo.
·Todo miembro necesita escuchar lo que otros dicen.
·Al funcionar en relación con la iglesia, dependo de otros para ayudarme a comprender la voluntad de Dios.
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Aparte del cuerpo tu no puedes saber completamente la voluntad de Dios respecto a su relación con el cuerpo. Sin el ojo la mano no sabe dónde tocar. Sin el oído el resto del cuerpo tal vez no sepa cómo o cuándo responder. Cada miembro necesita escuchar lo que los demás dicen. Si los miembros no se hablan acerca de lo que perciben que Dios está haciendo, el cuerpo entero está en problemas.
Al funcionar yo en relación con la iglesia, dependo de otros creyentes para que me ayuden a entender la voluntad de Dios. Permíteme ilustrártelo.
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Permite que Dios te hable por medio de la iglesia
Mientras estaba en el estudiando Inste y preparándome ayudaba en la iglesia. El primer año empecé con la empresa de la Iglesia. Lo hice de corazón. Al año siguiente nos pidieron a Pepi y a mi que fueramos lideres del grupo de intercesión. Nunca lo habíamos hecho antes. Sólo habíamos orado solos y los dos juntos. Tampoco sabíamos cómo llevarlo, ni tampoco como formarlo. Esta fue la manera como enfrenté este reto.
El pueblo de Dios de esa iglesia necesitaba los líderes para la intercesión. Al orar percibieron que Dios nos había puesto allí con el propósito de llenar esa necesidad. Nosotros también, por nuestra parte, vimos la necesidad y nos dimos cuenta que Dios podía usarnos allí. Como siervos de Jesucristo no teníamos la opción de decir que no. Creía que la Cabeza, Jesucristo, podía hablar por medio del resto del cuerpo para guiarnos a saber cómo debía funcionar en el cuerpo. Respondímos y aceptamos diciendo que lo haríamos lo mejor que pudieramos.
Por siete años servímos como responsables de la empresa, evangelismo, intercesión plantación de iglesias, sanidad interior y liberación. Luego Dios a través de la iglesia decidió llamarnos para que fueramos sus pastores. Nunca antes había predicado de una forma sistemática. Estaba preparándome, pero no porque percibiera que Dios me estaba llamando a ser pastor. Percibí que necesitaba poner en práctica la preparación recibida en el seminario, para poder tener algunas herramientas que Dios pudiera usar. No le dije al Señor: "Voy a dedicarme a esto o aquello". Tampoco mencioné ni empresa, ni educación ni predicación. Lo que le dije fue: "Señor, haré cualquier cosa que me dirijas a hacer en relación a tu cuerpo. Soy tu siervo para tus propósitos". De modo que aceptamos ser lo pastores de la iglesia que actualmente estomos pastoreando.
En la iglesia la necesidad no constituye un llamamiento. La necesidad, sin embargo, no puede ignorarse. No temas permitir que el cuerpo de creyentes te ayude a conocer la voluntad de Dios. Ten en mente, también, que un individuo no es la iglesia. A final de cuentas, tu tendrás que tomar el consejo de la gente y acudir a Dios buscando dirección clara. Lo que hallará es que un número de cosas se alinean en la misma dirección. Lo que tu oyes de la Biblia, la oración, las circunstancias y la iglesia empezará a señalarle en la misma dirección. Entonces puede proseguir con confianza.
Tal vez me digas: "Hermano, tu no conoces a mi iglesia. No se puede depender de ellos para que te ayuden a saber la voluntad de Dios". Ten cuidado. Cuando tu dices eso estás diciendo más acerca de lo que crees en cuanto a Dios, que de lo que crees en cuanto a tu iglesia. Tu estas diciendo: "Ni siquiera Dios puede obrar a través de esta gente. Simplemente, Él no tiene suficiente poder". No creo que eso sea lo que tu piensas. Pero lo que haces dice más en cuanto a lo que crees acerca de Dios de lo que dices.
RESUMEN
·Una iglesia es un cuerpo. Es el cuerpo de Cristo.
·Jesucristo está presente como la Cabeza de una iglesia local. Cada miembro es colocado en el cuerpo según a Dios le place. Dios nos hace mutuamente dependientes. Nos necesitamos el uno al otro.
·Aparte del cuerpo no puedo conocer completamente la voluntad de Dios respecto a mi relación con el cuerpo.
·Todo miembro necesita escuchar lo que otros dicen.
·Al funcionar en relación con la iglesia, dependo de otros para ayudarme a comprender la voluntad de Dios.