La Biblia compara la vida del cristiano con una carrera, de manera que nosotros seríamos los corredores, en esa carrera a menudo nos damos por vencidos y tiramos la toalla, ser cristiano no es fácil, pero la meta es gloriosa.
Debemos anhelar seguir corriendo, corres como Dios dice que corramos, no a nuestra manera. A veces podemos cansarnos a mitad de la carrera pero no debemos olvidar que es Dios quien nos da las fuerzas. En la carta a los filipenses capitulo 3 verso 14 la Biblia dice “prosigamos a la meta, al supremo llamamiento” si nuestros ojos están puestos en Jesús, a pesar de las pruebas y problemas seguiremos adelante, aunque en medio de la carrera al igual que un atleta debe de abstenerse de muchas cosas para ganar la carrera, el creyente debe de hacer lo mismo, dejar las cosas que nos apartan del camino que Dios nos ha trazado. Hay hermanos que siguen a delante cueste lo que cueste, aunque se cansen, porque sus ojos están puestos en Jesús, sin embargo otros se cansan y tiran la toalla.
Si nuestro corazón está puesto en Dios, Él quitará todo impedimento para que podamos proseguir con su llamado.
También ocurre que a la mitad de la carrera, viene el enemigo sutilmente y nos distrae de las cosas de Dios e intenta apartarnos de la carrera. ¿Observaste que lo primero que se hace cuando vienen problemas es dejar de asistir a la iglesia? El enemigo es muy sutil y poco a poco intenta apartarnos de Dios.
¡No permitas que nada te aparte de Dios¡ como dice el Señor, 35 ¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo? ¿El sufrimiento, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la muerte violenta...? Seamos como el apóstol Pablo que llego a decir “he peleado la buena batalla, he acabado la carrera.
DIOS TE SIGA BENDICIENDO
Predicación, anciana Adela Manjón
Publicado, Andrés P. V.