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Pepe R.Castañeda y Pepi Martinez

PREDICACIONES DESTACADAS

viernes, 2 de diciembre de 2011

LA ENVIDIA TE DESTRUYE. Parte, I 1ª Reyes, 21:1-16

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COLABORARON EN EL DESARROLLO DEL CULTO, MANUELA LOPEZ (SALMO, 47) PRESENTANDOLO Y ORANDO PONIENDOLO TODO EN MANOS DEL SEÑOR. PACO ASENSIO (JUAN, 3:16) PIDIO Y ORO POR LA OFRENDA DANDO GRACIAS A DIOS POR ELLA. LA INTRODUCCION A LA PALABRA LA HIZO ADELA MANJON (SALMO, 119:18 y SALMO, 27:13) "ABRE MIS OJOS SEÑOR PARA QUE VEA Y OIGA" NOS DESPIDIO EN ORACION DANDO GRACIAS POR TODO PILAR.

DIERON TESTIMONIO PARA LA GLORIA DE DIOS ADELA MANJON SOBRE LA EVANGELIZACION Y LO QUE DIOS ESTA HACIENDO EN LAS PERSONAS QUE ESTAN LLENDO Y LAS DE ALCALA DE LOS GAZULES.

PILAR COMPARTIO CON LA IGLESIA LO SIGUIENTE: ANDAR COMO HIJOS DE LUZ SEÑOR TU NOS HAS RESCATADO CUANDO ESTABAMOS EN TINIEBLAS Y AHORA SOMOS HIJOS DE LUZ. EL SEÑOR NOS DICE: TE HARE ENTENDER Y TE ENSEÑARE EL CAMINO DE DEBES DE ANDAR Y SOBRE TI FIJARE MIS OJOS. EL NOS QUIERE ENSEÑAR ESE CAMINO, SEGUIR EN EL CAMINO DEL SEÑOR Y ALUMBRARA NUESTRAS VIDAS EL FIJARA SUS OJOS EN NOSOTROS Y NOS ALUMBRARA NUESTRAS VIDAS POR QUE AHORA SOMOS SUS HIJOS DE LUZ. NO CUESTA NADA ACERCARSE A EL Y HACER UNA ORACION PORQUE EL SEÑOR ESTA AQUI ENTRE NOSOTROS Y ESPERA QUE NOS ACERQUEMOS A EL. ESTE VERSICULO TAMBIEN NOS HABLA, DESPIERTATE TU QUE DUERMES Y LEVANTATE Y TE ALUMBRARA CRISTOE. EL NOS HABLA EN TODO MOMENTO POR QUE QUIERE QUE NOS ACERQUEMOS A EL. CUANDO ESTAMOS DESANIMADOS, ENFERMOS, CON PROBLEMAS, PEDIRLE AL SEÑOR NOS AYUDARA Y CUIDARA DE NOSOTROS. EL FRUTO DEL ESPIRITU NOS INVITA A ENTRAR EN EL TRONO DE SU GRACIA CON LA PALABRA LAS ORACIONES Y LA ALABANZA SENTIMOS SU PRESENCIA. EL ESTA AQUI. QUE DIOS OS BENDIGA EN EL NOMBRE DE JESUS. AMEN.

Jueves, 01 de Diciembre de 2.01

LA ENVIDIA TE DESTRUYE

1ª Reyes, 21:1-16
Introducción

Se cuenta la historia de un águila que sentía envidia de otra águila que volaba mejor que ella. Cierto día, el águila vio a un cazador con arco y flecha, y le dijo: ¡Ojalá matara aquella ave que vuela por alli arriba!El cazador le dijo al águila: Si tuviera plumas para mi flecha, lo haría. El águila entonces sacó una pluma del ala, y se la entregó. El cazador tensó el arco y disparó una flecha hacia el águila que volaba arriba, pero no alcanzó al águila. Necesito más plumas, le dijo al águila. Éste le entrego una y otra pluma, hasta que, desnudo de plumas en las alas, ya no podía volar. El cazador, aprovechándose de la situación, dio la vuelta y mató al águila, que no tenía forma de escapar.Tan destructiva es la envidia, que aunque se dirige hacia los demás, a quienes destruye es a los que la sienten y la expresan. Hoy veremos la historia de un hombre que casi se dejó destruir por la envidia y la codicia, y veremos cómo evitar nosotros el mismo destino.

1 Reyes 21:1-1621:1 Pasados estos negocios, aconteció que Nabot de Jezreel tenía en Jezreel una viña junto al palacio de Acab rey de Samaria. 21:2 Y Acab habló a Nabot, diciendo: Dame tu viña para un huerto de legumbres, porque está cercana, junto a mi casa, y yo te daré por ella otra viña mejor que esta; ó si mejor te pareciere, te pagaré su valor en dinero. 21:3 Y Nabot respondió a Acab: Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres. 21:4 Y vínose Acab a su casa triste y enojado, por la palabra que Nabot de Jezreel le había respondido, diciendo: No te daré la heredad de mis padres. Y acostóse en su cama, y volvió su rostro, y no comió pan. 21:5 Y vino a él su mujer Jezabel, y díjole: ¿Por qué está tan triste tu espíritu, y no comes pan? 21:6 Y él respondió: Porque hablé con Nabot de Jezreel, y díjele que me diera su viña por dinero, ó que, si más quería, le daría otra viña por ella; y él respondió: Yo no te daré mi viña. 21:7 Y su mujer Jezabel le dijo: ¿Eres tú ahora rey sobre Israel? Levántate, y come pan, y alégrate: yo te daré la viña de Nabot de Jezreel. 21:8 Entonces ella escribió cartas en nombre de Acab, y sellólas con su anillo y enviólas a los ancianos y a los principales que moraban en su ciudad con Nabot. 21:9 Y las cartas que escribió decían así: Proclamad ayuno, y poned a Nabot a la cabecera del pueblo; 21:10 Y poned dos hombres perversos delante de él, que atestigüen contra él, y digan: Tú has blasfemado a Dios y al rey. Y entonces sacadlo, y apedreadlo, y muera. 21:11 Y los de su ciudad, los ancianos y los principales que moraban en su ciudad, lo hicieron como Jezabel les mandó, conforme a lo escrito en las cartas que ella les había enviado. 21:12 Y promulgaron ayuno, y asentaron a Nabot a la cabecera del pueblo. 21:13 Vinieron entonces dos hombres perversos, y sentáronse delante de él: y aquellos hombres de Belial atestiguaron contra Nabot delante del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado a Dios y al rey. Y sacáronlo fuera de la ciudad, y apedreáronlo con piedras, y murió. 21:14 Después enviaron a decir a Jezabel: Nabot ha sido apedreado y muerto. 21:15 Y como Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y muerto, dijo a Acab: Levántate y posee la viña de Nabot de Jezreel, que no te la quiso dar por dinero; porque Nabot no vive, sino que es muerto. 21:16 Y oyendo Acab que Nabot era muerto, levantóse para descender a la viña de Nabot de Jezreel, para tomar posesión de ella.
En esta historia vemos que la intriga y las maquinaciones no son novedades de este siglo, ni son propiedad exclusiva de las telenovelas. En Acab y Jezabel vemos la expresión de los sentimientos mas bajos de la humanidad.


El problema que se presenta es un problema del corazón de Acab. Este hombre deseaba lo que él no podía, por derecho, poseer. Dentro del sistema de leyes que Dios había dado a Israel, cada familia tenía su propiedad que pasaba de generación en generación.

Estaba permitido vender un terreno, pero después de cierto tiempo, volvía automáticamente a posesión de la familia original. Obviamente, esto no es lo que Acab tenía en mente. Él quería hacer un trueque permanente con Nabot, y éste, tanto por no querer vender su propiedad como por respeto a las leyes divinas, se negó a tal negocio.

Veamos por un momento la reacción de Acab ante esta situación. Nos dice en el versiculo cuatro que Acab se fue a su casa deprimido y malhumorado porque Nabot no quiso venderle la propiedad. Acab, en otras palabras, se estaba portando como un niño engreído, que cuando no se le da lo que desea, se cabrea y se enfada. Acab, de su forma adulta y real, empezó a hacer berrinches; llegó a la casa, se acostó con la cara hacia la pared y se rehusó a comer. ¿Alguna vez has visto a alguien que se porta como un niño malcriado cuando no se le da lo que quiere? ¿Alguna vez lo has reconocido en tu propia vida? Si es así, debes de entender que

I. La envidia nos quita el gozo y la paz

La envidia es como una inmensa mala hierba que, cuando se arraiga en nuestro corazón, desplaza a todos los sentimientos positivos. Cuando hay envidia, no puede haber gozo, no puede haber paz, no puede haber tranquilidad, no puede haber contentamiento. Sólo habrá frustración y desilusión.

Solemos pensar que la envidia y la codicia son sólo deseos por los bienes de otras personas, pero estos pecados pueden tomar muchas otras formas también. Si consideramos las actitudes de los líderes judíos ante el éxito de Jesucristo, podemos reconocer que la envidia también se presenta dentro de la iglesia. Incluso dentro del círculo de quien preparaba el camino para Jesús se presentó este cáncer. En cierta ocasión, los discípulos de Juan el Bautista se le acercaron para avisarle de que los discípulos de Jesús estaban bautizando a más personas que él. Parece que los discípulos de Juan el Bautista lo veían como una competencia. Juan, en cambio, declaró: A él le toca crecer, y a mí, menguar (Juan 3:30).

Podemos, entonces, sentir envidia de los dones de otro hermano. Podemos sentir envidia del nivel educativo, de su posición dentro de la iglesia, de su esposa, de sus hijos - en fin, de casi cualquier aspecto de la vida de nuestro hermano. Sin embargo, cuando albergamos esos sentimientos en nuestro corazón, lo que realmente estamos diciendo es que Dios no ha sido justo con nosotros. Si sentimos envidia, es porque pensamos que nosotros nos merecemos lo que aquella persona posee. La envidia nace, en otras palabras, de una falta de gratitud hacia Dios.

Es interesante que, entre los Diez Mandamientos, el único que se dirige a las actitudes del corazón es el décimo, el que dice: No codiciarás. Los demás mandamientos tienen que ver con nuestras acciones, con cosas visibles. ¿Por qué escogió Dios esta actitud, de todas las actitudes negativas a las cuales el hombre es propenso, para prohibir en esta tabla de leyes? Tiene que ser porque él lo ve como algo muy serio, algo que nos perjudica y que da pie a los demás pecados.Esto es lo que vemos en la vida de Acab. La codicia que él sentía - y la codicia y la envidia se acompañan - resultó en toda una cadena de acciones pecaminosas, que hirieron no sólo a Acab, sino a muchas otras personas.
Jezabel, su esposa pagana, venía de una cultura que no respetaba los derechos de los ciudadanos. En su cultura, si el rey quería algo, lo conseguía - y nadie se podría quejar. El poder del rey era absoluto.

En Israel, en cambio, el poder del rey se tenía que someter a la voluntad de Dios, y a los derechos de la ciudadanía. Es por esto que Acab mismo no intentó tomar el viñedo de Nabot a la fuerza - retenía algún vestigio de respeto a la voluntad de Dios.Jezabel, en cambio, aunque se había unido al pueblo de Dios al casarse con Acab, no había abandonado los conceptos culturales de su pueblo. Ésta es la gran tragedia de Jezabel. Otras mujeres, como Rut, habían venido de naciones paganas para hacerse parte del pueblo de Dios - y lo habían hecho exitosamente, al dejar atrás sus conceptos religiosos y morales para aceptar la moral del pueblo de Dios.Jezabel, en cambio, funcionó como una infiltrada. Vivía dentro del pueblo de Dios, pero vivía según los valores egoístas y destructivos de su propia nación. Tengamos cuidado de no caer en la misma trampa. Si nos hemos unido al pueblo de Dios mediante la fe en Cristo, vivamos según las normas del Reino. No seamos infiltrados.

Meditación en la Palabra: Pastor Pepe R. Castañeda