COLABORARON EN EL DESARROLLO DEL CULTO:
PACO ASENSIO: PRESENTO Y ORO PONIENDO TODO EN MANOS DEL SEÑOR, ANIMANDO A LA IGLESIA A UN ENCUENTRO CON DIOS ALABANDOLE Y ADORANDOLE.
2 CRONICAS, 20:21 Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a
Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que
dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre.
TERE ARAGON: NOS ANIMO A OFRENDAR PARA SER PARTE DE LO QUE EL SEÑOR ESTA HACIENDO.
JUAN, 8:20 Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas, enseñando en el
templo; y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.
PACO JUSTICIA: HIZO LA INTRODUCCION A LA PALABRA.
MATEO, 28:18-20 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la
tierra. 19 Por
tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas
las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días,
hasta el fin del mundo. Amén.
PILAR GONZALEZ: NOS DESPIDIO DANDO GRACIAS AL SEÑOR POR TODO.
Jueves, 18 de Octubre de 2.012
LO QUE LOS CRISTIANOS DEBEN CONOCER Y HACER PARA SERVIR CON GOZO. Parte, I
¿Hay ocasiones en la que se siente
desanimado con sus intentos de vivir la vida cristiana? ¿Le parece a veces que,
cuanto más lo intenta, más fracasa? Si usted es como la mayoría de los
cristianos, probablemente no ha entendido bien en cuanto a los principios
básicos de servicio, que son esenciales para disfrutar de una relación con
Dios.
El seguir estas pautas no sólo le da mayor
gloria a Dios, sino que también ayuda a otros y aumenta la satisfacción y las
bendiciones de usted mismo.
Usted pudiera preguntarse qué tiene que ver
ser un servidor con el gozo de la vida cristiana. El mismo Señor Jesús vino a
servir.
Marcos 10:45 Porque el Hijo
del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en
rescate por muchos.
Y Él ve a todos los creyentes como servidores
en el reino de Su Padre.
Juan 20:21 Entonces Jesús les
dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.
Aunque nosotros tenemos diferentes roles,
no hay cristianos “VIP” [Persona Muy Importante] a sus ojos. Él nos creó para
el servicio, y puesto que ésa es la vía que conduce a una vida de
contentamiento, debemos entender qué enseña la Biblia en cuanto al servicio.
1. El
verdadero servicio no es algo que nosotros hacemos para Dios, sino más bien
algo que Dios hace por medio de nosotros.
Muchas personas se niegan a servir al
Señor, o sirven infructuosamente, porque no son capaces de entender este
principio fundamental.
Primera a los Tesalonicenses
5:24 dice: “Fiel es el que os llama, el cual también lo hará”.
Esto significa simplemente que Dios asume
toda la responsabilidad de capacitarnos para que llevemos a cabo el trabajo que
Él asigna. El Señor nunca nos dejará hacer una tarea dependiendo sólo de
nuestras capacidades humanas.
En el momento de la salvación, el Espíritu
Santo viene a vivir dentro del nuevo creyente. Esta “morada interior” tiene el
propósito de capacitar a cada cristiano para que sea y haga todo lo que Dios ha
dispuesto para su vida.
Efesios 2:10 Porque somos
hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
En otras palabras, para que se convierta en
la clase de servidor que el Señor ha pensado. Dios es quien nos llama, quien
nos da el deseo de servir y quien nos capacita para que en nosotros se produzca
tanto el querer como el hacer por su buena voluntad
Filipenses 2:13 porque Dios
es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena
voluntad.
Por tanto, lo que pensamos que es un
servicio nuestro, en realidad es el Señor actuando dentro de nosotros.
Ni siquiera Jesús se adjudicó el crédito por los milagros que realizaba, sino
que reconoció que era el Padre en Él quien los hacía.
Juan 14:10 ¿No crees que yo
soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo
por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.
Justo antes de que los apóstoles salieran a
cambiar al mundo con el Evangelio, el Señor resucitado les ordenó permanecer en
Jerusalén hasta que fueran “investidos de poder desde lo alto”
Lucas 24:49 He aquí,
yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la
ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.
Jesús sabía que ellos no estaban equipados,
por sí solos, para enfrentar los retos que tenían por delante; necesitan el
poder del Espíritu Santo que vendría pronto a estar en ellos, con ellos y sobre
ellos.
Si los discípulos y el propio Jesús dependieron del poder divino, sin duda, entonces, usted y yo debemos depender de Dios para llevar a cabo las tareas que Él nos dé. Realizarlas dependerá de Él, no de nosotros, y las lograremos si nos rendimos voluntariamente a la presencia, al poder y a la dirección del Espíritu Santo en nuestra vida. Si nos rendimos de esta manera, tendremos una sensación de alivio, sabiendo que la responsabilidad es de Él, no nuestra; y de confianza, por Su capacidad, no la nuestra; y de contentamiento, ya que, por estar Dios a cargo, no tenemos que preocuparnos si las personas están satisfechas de nuestros esfuerzos.
Sin embargo, los creyentes deben tener presente algunas advertencias. Para
empezar, toda la gloria le pertenece a Dios; no debemos ser tan ignorantes o
arrogantes para atribuirnos el mérito de lo que Él ha hecho a través de
nosotros.
Mateo 5:16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Tampoco podemos insistir en cómo serviremos, dónde o por cuánto tiempo. Nuestra actitud debe ser: “Señor, soy tu siervo. Haré lo que Tú quieras, donde Tú quieras y de la manera que Tú quieras. Pero, Señor, tienes que hacer a través de mí lo que Tú quieres que se haga”.
Dios sabe que el éxito que usted logre será gratificante para usted y un motivo de gloria para Él. El Señor quiere, entonces, que usted tenga éxito, pero según Su apreciación, y no necesariamente de acuerdo con las expectativas del hombre.
Meditación en la Palabra: Pastor Pepe R. Castañeda