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Pepe R.Castañeda y Pepi Martinez

PREDICACIONES DESTACADAS

miércoles, 16 de diciembre de 2009

DISCERNIENDO COMO UN CUERPO LA VOLUNTAD DE DIOS PARA LA IGLESIA

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EN SUEÑOS DIOS HABLO A VARIOS HERMANOS EN LA IGLESIA DE CHICLANA Y EL SEÑOR NOS LLEVO HACER UN ACTO PROFETICO, DIRIJIENDONOS Y ENSEÑANDONOS LO QUE DEBIAMOS LLEVAR A CABO EN EL CULTO.
EL SEÑOR NOS HABLO DE COMO DISCERNIR SU VOLUNTAD PARA LA IGLESIA A TRAVES DEL CUERPO. ORACION, INTERSECIÓN, ESCUDOS,LIDERES Y PASTORES.
FORMACION DEL LIDERAZGO, PROTECCION Y FORMACION EN ORACION CUIDADO DE LOS NIÑOS Y JOVENES EN ORACION. LA IGLESIA EN SU TOTALIDAD PARTICIPO Y ASUMIO LO QUE DIOS ESTABA INDICANDO PARA CADA MIEMBRO EN PARTICULAR Y LA IGLESIA EN GENERAL.
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Domingo, 06 de Diciembre de 2.009
DISCERNIENDO COMO UN CUERPO LA VOLUNTAD DE DIOS PARA LA IGLESIA.
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Dios habla por medio de la iglesia.
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La iglesia no llega a conocer la voluntad de Dios en la misma manera que un individuo. Una iglesia llega a conocerla cuando todo el cuerpo comprende lo que Cristo les está diciendo.
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Los personas llegan a conocer la voluntad de Dios mediante una relación íntima de amor con Dios. El Espíritu Santo habla por medio de la Biblia, la oración, las circunstancias y la iglesia para revelarse a sí mismo, sus propósitos y sus caminos.
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Una iglesia llega a conocer la voluntad de Dios cuando el cuerpo entero comprende lo que Cristo, la Cabeza, les está diciendo.
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¿Cómo llega la persona a conocer la voluntad de Dios?
¿Cómo decide su iglesia lo que tiene que ser hacer o hacer?
En el Antiguo Testamento, ¿cómo supo Israel la voluntad de Dios?
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Antes del Pentecostés (en el Nuevo Testamento) el Espíritu Santo no moraba en la vida de los creyentes. Venía sobre algunos individuos escogidos, de acuerdo a los propósitos de Dios. En el Antiguo Testamento Dios hablaba con su pueblo a través de un líder: profeta, sacerdo­te, rey, etc. Por ejemplo, Dios le dijo a Moisés su voluntad para Israel; y Moisés le dijo al pue­blo lo que tenían que hacer. Israel entonces hacía (la mayoría de las veces) lo que Moisés les había dicho
(Nm. 9.1-5).
1Habló Jehová a Moisés en el desierto de Sinaí, en el segundo año de su salida de la tierra de Egipto, en el mes primero, diciendo: 2Los hijos de Israel celebrarán la pascua a su tiempo. 3El decimocuarto día de este mes, entre las dos tardes, la celebraréis a su tiempo; conforme a todos sus ritos y conforme a todas sus leyes la celebraréis. 4Y habló Moisés a los hijos de Israel para que celebrasen la pascua. 5Celebraron la pascua en el mes primero, a los catorce días del mes, entre las dos tardes, en el desierto de Sinaí; conforme a todas las cosas que mandó Jehová a Moisés, así hicieron los hijos de Israel.(Nm. 9:1:5)
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Con la venida del Espíritu Santo sobre la iglesia en Pentecostés, Dios llegó a vivir en cada creyente. Él creó el cuerpo, una iglesia local, de modo que cada miembro necesita de los demás. En el cuerpo de Cristo cada creyente tiene acceso directo a Dios. Él puede hablarle a cualquier miembro. Puede obrar por medio de todo el cuerpo para revelar su voluntad. El Espíritu guió a los apóstoles en la función de guiar a la iglesia en tiempos del Nuevo Testamento. Dios guió a los miembros y a los líderes en una interdependencia mutua para servir y tomar decisiones. Los ejemplos del Nuevo Testamento muestran una decisión con­junta hecha bajo la dirección de Dios.
• La selección del que debía reemplazar a judas (Hch. 1.12-26)
• La elección de los siete (Hch. 6.1-7)
• El testimonio de Pedro sobre la conversión de los gentiles (Hch. 11.1-18)
• Bernabé y Saulo enviados a la obra misionera (Hch. 13.1-3)
• El concilio en Jerusalén (Hch. 15.1-35)
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Vemos que usaron diferentes formas para tomar una decisión. Por ejemplo, el Concilio de Jerusalén llegó a un acuerdo sobre un importante tema doctrinal y práctico. Después que Pedro y Santiago hablaron, "toda la multitud ... oyeron a Bernabé y a Pablo" (Hch. 15.12). "Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos con toda la iglesia . . ." (Hch. 15.22)
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Cuando Dios le habla a algún miembro, esa persona debe informar al cuerpo entero lo que ha percibido que Dios le está diciendo con respecto a la iglesia. En la medida en que cada miembro comparte lo que ha percibido que Dios le está diciendo, el cuerpo entero va a Dios en oración para discernir su voluntad para el cuerpo. En su tiempo Dios confirma al cuerpo lo que está diciendo. Las opiniones individuales no tienen importancia. Lo que importa es la voluntad de Dios. No hay forma única para discenir la voluntad de Dios como un cuerpo. La relación personal de los miembros del cuerpo con Cristo es el factor más importante. Cuando Cristo guía a cada miembro del cuerpo a funcionar apropiadamente, el cuerpo ente­ro sabrá y estará capacitado para hacer la voluntad de Dios.
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La iglesia es un cuerpo y cada miembro tiene acceso directo a Dios. ¿De qué mane­ras debiera la iglesia relacionarse con Dios para entender su voluntad?
Los miembros deben orar a Dios pidiendo dirección. Luego, cada miembro debe compartir lo que percibe que Dios le está diciendo a la iglesia. Entonces, todos los miembros miran a la Cabeza del cuerpo, Cristo, y continúan orando hasta que Cristo los convence de su voluntad.

Una iglesia llega a conocer la voluntad de Dios cuando el cuerpo entero llega a comprender lo que Cristo quiere que haga. Para una iglesia, el conocer la voluntad de Dios puede incluir a muchos miembros, no sólo a unos pocos. Sí, Dios a menudo le habla al líder en cuanto a lo que Él quiere que todos hagan. Ese líder entonces testifica ante el cuerpo lo que percibe que es la voluntad de Dios. El líder no tiene que tratar de convencer a la iglesia de que eso es la voluntad de Dios. Tampoco tiene que pedirle a la congregación que lo sigan sin cues­tionar. Lo que hace es animar a la iglesia a ir a Cristo y recibir confirmación de Él. La Cabeza es quien convence a su tiempo. Entonces, el cuerpo entero sigue a Cristo, la Cabeza. Por eso es que una iglesia tiene que aprender a funcionar como un cuerpo, con Cristo como Cabeza de su iglesia.


RESUMEN
• Una iglesia llega a conocer la voluntad de Dios cuando el cuerpo entero llega a com­prender lo que la Cabeza, Cristo, les está diciendo.
• Cada creyente tiene acceso directo a Dios.
• Las opiniones individuales no son lo importante. Lo que importa es la voluntad de Dios.
• Una iglesia debe aprender a funcionar como un cuerpo con Cristo como la cabeza.
• Una iglesia debe esperar la ocasión propicia según Dios.
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Meditación en la Palabra: Pastor Pepe R. Castañeda
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