SIGUENOS EN FACEBOOK

SIGUENOS EN FACEBOOK
Pepe R.Castañeda y Pepi Martinez

PREDICACIONES DESTACADAS

miércoles, 23 de julio de 2008

Predicación Domingo 20 de julio de 2008, CARMONA




LA VERDADERA ADORACION Juan 4: 23.24
“23 Pero llega la hora, y es ahora mismo, cuando los que de veras adoran al Padre lo harán conforme al Espíritu de Dios y a la verdad. Pues así quiere el Padre que le adoren los que le adoran. 24 Dios es Espíritu, y los que le adoran deben hacerlo conforme al Espíritu de Dios y a la verdad.”
Las personas k no tienen apetito, que no tienen ganas de comer, normalmente es porque están enfermas, entonces podremos preguntarnos ¿Por qué tenemos tan poco apetito de la palabra de Dios? Todo depende de que si amamos a Dios o no.
Dios nos dejó escrito un libro que nos habla de su amor. Nos agrada mucho la mecánica de la adoración por no adorar a Dios en verdad.
La adoración es sumisión completa a la voluntad rebelada por Dios y sin demora, es como una moneda de dos caras en una me presento voluntariamente como un esclavo y en otra rebosando amor.
La adoración es alabar a Dios no solo con mis manos y mi boca, sino con mi obediencia. El enemigo engaña a miles de creyentes haciendo que la adoración sea solo exterior y no interior.
La Biblia fue dada para obedecerla, y vemos como Jesús aprendió obediencia a través de sacrificio, sufriendo. El sufrimiento interior tiene dos vertientes, una la negación propia y otra la disciplina. Si Dios te manda algo y no lo hago acabo sufriendo por dentro y por fuera, solamente sometemos nuestra voluntad a Dios cuando obedecemos.
La adoración no es sólo para la iglesia, en un principio de vida, amando a Jesús obedecemos a Dios. Es necesario que las personas que no obedecen a Dios, se arrepientan y sigan orando, de otro modo Dios no los oye Salmo 66:18.
La razón por la cual no obedecemos a Dios es porque nos amamos más a nosotros mismos que a él, y no quiero cambiar. Sin embargo, amar a Dios más que a nosotros mismos es lo más maravilloso que nos puede pasar. El amor a Dios produce obediencia. Todo lo contrario que el pecado, que es un hecho egoísta con un placer egoísta.
La obediencia a Dios va a traer bendición a nuestras vidas, pero queremos obedecer sin sufrir, sin embargo Jesús aprendió obediencia sufriendo.

Predicación: Pastor José R. Castañeda
Publicado por: Andrés P. V.